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T cell immunity and ageing

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Las células asesinas naturales (natural killer) en el sujeto sano de edad avanzada

Un sistema immune eficiente parece ser una característica en las personas de edad avanzada que permanecen sanas. Los científicos han estudiado el estado de la molécula del receptor de las células T y de las natural killer (NK) en personas de edad avanzada y en jóvenes.

Las personas de edad avanzada presentan una mayor susceptibilidad a padecer enfermedades infecciosas y cáncer. La inmunosenescencia o envejecimiento del sistema inmune constituye una situación multifactorial. T-CIA, un proyecto financiado por la CE, ha investigado el fenómeno de la inmunidad de las células T y los fallos en su funcionamiento como resultado del envejecimiento. Los socios del proyecto del hospital Reina Sofia de Córdoba, en España, estudiaron las propiedades y la actividad de las células T de grupos de sujetos jóvenes y de edad avanzada. Los cromosomas de las células poseen una región terminal denominada telómero que incorpora una gran cantidad de secuencias repetidas de ADN. Se ha observado que tras divisiones celulares sucesivas, va disminuyendo la longitud del telómero. La teoría propone que este hecho impide que disminuya la cantidad del ADN más valioso del cromosoma, necesario para conservar la integridad y las funciones celulares. Dos características del sistema inmune que se determinaron fueron la longitud del telómero y la presencia de moléculas CD28. Los individuos CD28 pueden proporcionar señales para la activación de las células T. Los resultados mostraron que en la vejez existía un acortamiento del telómero. Curiosamente, esto se asoció con un aumento significativo de individuos CD28 negativos. En una segunda fase de la investigación se estudiaron los tipos de células T. Se encontró que el número de células T vírgenes fue mayor en los donantes sanos, mientras que las células T efectoras fueron más frecuentes en los individuos CD28 negativos. Las células T vírgenes pueden diferenciarse a células T de memoria que pueden reconocer a eventuales invasores. Sin embargo, las células efectoras sólo se encargan de dirigir a otras células inmunes. La presencia de células inmunes con largos telómeros y la presencia de un gran número de células T vírgenes parecen constituir por tanto dos prerrequisitos para disponer de un sistema inmune eficiente. La continuación de este trabajo podría conducir a una posible terapia activa para aquellos individuos con células T envejecidas. Si se logran definir las alteraciones del sistema inmune en la vejez, será posible idear estrategias para contrarrestar tales inmunodeficiencias.

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