Virus mutantes proporcionan claves sobre la infectividad
El virus de la fiebre aftosa provoca una de las enfermedades animales más contagiosas con importantes pérdidas. Causa una gran mortalidad en animales jóvenes debido a la miocarditis. Tras la fase aguda, a menudo se produce una infección persistente sin síntomas. Los animales portadores también pueden encontrarse entre los que están vacunados y expuestos al virus de la fiebre aftosa. Obviamente, el desarrollo de estos portadores ocultos representa un límite para cualquier sistema de vacunación aplicado para controlar la propagación de la enfermedad. Los investigadores, como parte del proyecto FMD TROPISM, estudiaron los aspectos de la persistencia en los portadores, además de los mecanismos del reconocimiento de la célula huésped por parte del virus. Uno de los equipos se centró en los lugares de unión de los receptores del virus en combinación con las integrinas en la superficie de la célula huésped. Las integrinas son receptores de superficies celulares muy importantes que definen la forma de la célula, la movilidad y la regulación del ciclo celular y que se piensa que constituyen un factor importante en la infectividad. Para ello, crearon virus recombinantes con mutaciones a los dos lados del lugar de unión de los receptores. Los científicos observaron el comportamiento de los virus recombinantes in vivo e in vitro. Descubrieron, como se sospechaba, que los aminoácidos en la envoltura vírica y su disposición eran cruciales para la infectividad. En algunos casos, se observó que la disposición en la envoltura vírica había cambiado para acomodarse a las mutaciones del revestimiento vírico. Asimismo, el nivel de infectividad modificada estaba relacionado con el cambio particular en el lugar. La aclaración de la naturaleza de la interacción entre el virus y la célula huésped y su papel en la infectividad constituye un gran paso. Con más investigación y apoyo se puede ayudar a aplicar con éxito un programa de vacunación que permita erradicar esta enfermedad.