¿Le apetece comida virtual?
La realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA) nos permiten experimentar infinidad de cosas, desde sumergirnos en las profundidades de un océano hasta explorar la superficie de un planeta lejano. Pero ¿y el gusto? Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Ohio (OSU, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, han concebido e-Taste, un dispositivo que permite saborear cosas sin llegar a probarlas. Su innovación puntera se presentó en la revista «Science Advances».
El sabor llega a la RV
El ingenio tiene forma de un pequeño cubo de 15 mm de lado. Incluye sensores químicos y dispensadores inalámbricos que captan y transmiten datos de sabor a distancia en cuestión de segundos. Los usuarios pueden percibir los cinco sabores básicos: dulce, salado, agrio, amargo y umami. «El gusto y el olfato están muy relacionados con las emociones y la memoria de las personas —declaró a «Popular Science» Jinghua Li, coautora del estudio y profesora adjunta de Ciencia e Ingeniería de Materiales en la OSU—. Así que nuestro sensor tiene que aprender a captar, controlar y almacenar toda esa información». e-Taste se fija a una fina tira de plástico que se sujeta entre los dientes, con el cubo colgando hacia fuera. Cuando los sensores del cubo detectan un objeto alimenticio en el entorno virtual, e-Taste libera sustancias químicas que simulan los cinco sabores. De esto modo, disfrutará de todo el sabor sin necesidad de comer nada. El cubo tiene pequeños paquetes químicos líquidos rellenables para generar los sabores específicos. «La dimensión química en la RV y la RA está relativamente poco representada, sobre todo en lo que respecta al olfato y el gusto —manifestó Li en una nota de presa emitida por la OSU—. Es un vacío que había que colmar, y con este sistema de nueva generación lo hemos logrado». Un equipo de científicos probó el sistema e-Taste en voluntarios, los cuales pudieron distinguir entre diferentes intensidades de perfil de sabor agrio en los líquidos generados por el dispositivo, con una tasa de precisión general de cerca del 70 %. En otra prueba, se les pidió a los voluntarios que distinguieran entre sabores que imitaban a la limonada, el pastel, el huevo frito, la sopa de pescado y el café. Estos lograron diferenciarlos con una precisión de casi el 87 %. Los resultados heterogéneos no son nada sorprendentes, dado que el gusto es inherentemente subjetivo y puede cambiar de un momento a otro. Según el estudio, el dispositivo podría beneficiar a las personas con lesiones cerebrales traumáticas o covid-19 persistente que han perdido el sentido del gusto.
Añade un poco de sabor virtual a la vida
e-Taste aún tiene margen para mejorar. No puede reproducir la textura ni la temperatura, y depende de un pequeño número de sustancias químicas que no captan del todo la complejidad de los sabores reales. Y, lo que quizá es aún más importante, ¿aceptarán los ciudadanos esta «lengua electrónica» en su vida cotidiana? «Esta tecnología permitirá a las personas interactuar en entornos virtuales de maneras nunca antes vistas —concluyó Li—. El concepto ya es una realidad y constituye un primer paso para integrar el sentido del gusto en el metaverso».
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