Las herramientas digitales favorecen una atención integral basada en el valor para las personas mayores
En 2019, se estimó en 703 millones el número de personas que tenía 65 años o más en el mundo, una cifra que se prevé que se duplique de aquí a 2050. Si bien este dato manifiesta la mejora de la asistencia sanitaria y el desarrollo social, el envejecimiento conlleva un mayor riesgo de enfermedades crónicas, fragilidad y deterioro cognitivo. «Esas afecciones polifacéticas no solo menoscaban la independencia y la calidad de vida de las personas mayores, sino que sobrecargan los sistemas sanitarios al tener que prestar una atención compleja más continuada», comenta Hein Raat, coordinador del proyecto financiado con fondos europeos VALUECARE. Dado que la atención suele correr a cargo de múltiples especialistas, el equipo de VALUECARE se propuso desarrollar un método integral basado en el valor aprovechando las herramientas digitales para, de este modo, ofrecer una atención más predictiva y personalizada.
Evaluar la calidad de vida, las necesidades y las preferencias
Las personas mayores suelen tener que acudir a diferentes centros, por ejemplo, ambulatorios, clínicas especializadas y hospitales, para recibir atención. Esta fragmentación puede resultar desconcertante para los pacientes, además de comprometer la continuidad de la atención. El método de atención integral de VALUECARE, cuyo objetivo es vincular y coordinar servicios, fue diseñado, implementado y evaluado con la participación de pacientes y profesionales, y motivado por dos innovaciones recientes. «En primer lugar, en vez de centrarnos en los recursos, nos fijamos en los resultados asistenciales “basados en el valor”. Y, en segundo lugar, empleamos herramientas digitales, pero no para sustituir la atención presencial, sino para personalizarla», explica Raat. Estas herramientas digitales consistían en una aplicación para el paciente, un panel de información (con los datos sanitarios y las rutas asistenciales del paciente) y un «entrenador virtual» (un chatbot alojado en la aplicación). La aplicación recuerda a los usuarios cosas como tomar la medicación y, además, ofrece recomendaciones sobre hábitos de vida saludables. El panel de información permite a los profesionales asignar a los usuarios módulos y objetivos, así como hacer un seguimiento de los progresos. El equipo de VALUECARE puso en marcha siete estudios piloto europeos, que estaban dirigidos a diferentes poblaciones: El de Róterdam (Países Bajos) se centró en el accidente cerebrovascular; el de Rijeka (Croacia) en el infarto de miocardio; el de Atenas (Grecia) en la diabetes de tipo 2 y la hipertensión; el de Treviso (Italia) en el deterioro cognitivo precoz; el de Coímbra (Portugal) en la fragilidad y la soledad; y el de Valencia (España), junto con los de Cork, Kerry y Dublín (Irlanda), en la fragilidad. Los participantes recibieron sesiones de formación en grupo sobre el uso de la tecnología, la cual se complementó con instrucciones en línea. «Tras un seguimiento de un año, los participantes de todos los grupos de intervención piloto eran significativamente más independientes, según los resultados de las “actividades de la vida diaria” y del “indicador de movilidad”. En algunos casos, como en el piloto de Coímbra, la “salud física” mejoró, en otros, como en el de Atenas, se redujeron los “niveles de fragilidad”, mientras que en el de Cork se redujeron los niveles de malnutrición», observa Raat. Gracias a estos resultados sanitarios positivos, también registrados en los seguimientos posteriores, el equipo de VALUECARE constató una disminución de los costes sanitarios. «Tras un seguimiento de 1 año, estimamos un ahorro promedio en todos los estudios piloto de 67 EUR por participante del grupo de intervención, frente a un coste adicional promedio de 189 EUR por participante del grupo de referencia».
La ampliación de VALUECARE sitúa a los pacientes en el centro de la atención
En VALUECARE se demostró que la atención integral a las personas mayores, respaldada por la tecnología, no solo puede aplicarse en países de la Unión Europea con sistemas asistenciales diferentes, sino que es apreciada tanto por los pacientes como por los profesionales sanitarios. «Mostramos cómo la “atención basada en el valor” tiene en cuenta la calidad de vida, las preferencias y las necesidades, al tiempo que se comparten las decisiones sobre las rutas asistenciales y se controla si, en efecto, se respetan los valores», agrega Raat. Uno de los principales recursos del proyecto es un curso de atención sanitaria basada en el valor. El curso, que se organizó dos veces durante el proyecto, se puso en marcha con la ayuda del Value-Based Health Care Center Europe y The Decision Group. Los socios del proyecto impartieron el curso, que ofrece la certificación «Green Belt» a profesionales sanitarios, gestores de tecnologías de la información y las comunicaciones y responsables políticos. El equipo está buscando financiación adicional para ampliar el método de VALUECARE. «Dado que no siempre se observaron resultados positivos para todas las intervenciones, necesitamos efectuar estudios adicionales con más participantes, sobre todo con profesionales sanitarios», concluye Raat.
Palabras clave
VALUECARE, personas mayores, atención integral, herramientas digitales, salud, medicación, fragilidad, envejecimiento, deterioro cognitivo