Una forma más rentable de tratar la artrosis
La artrosis es una artropatía degenerativa crónica que afecta a unos quinientos noventa y cinco millones de personas en todo el mundo, cifra que va en aumento. También es la cuarta causa mundial de discapacidad. En la actualidad, el tratamiento de referencia para la artrosis son los tratamientos con células madre. Sin embargo, como el desarrollo y la producción de estos tratamientos avanzados son caros, su uso en el tratamiento de la enfermedad sigue siendo limitado. «Los métodos actuales de producción manual no solo suponen costes considerables, sobre todo de personal, sino que también aumentan el riesgo de contaminación debido a la necesidad de intervención humana», afirma Mary Murphy, catedrática de la Universidad de Galway. Está claro que lo que se necesita es un planteamiento mejor tanto para poner a prueba como para producir medicamentos de terapia avanzada (MTA), que es exactamente lo que pretendía ofrecer el equipo del proyecto AutoCRAT, financiado con fondos europeos. «Centramos nuestro trabajo en los sistemas automatizados cerrados, que abarcan toda la cadena de valor del MTA, desde la recepción de las materias primas hasta la crioconservación del producto final —añade Murphy, coordinador del proyecto—. Como tales, creemos que estos sistemas tienen el potencial de reducir considerablemente el riesgo de contaminación, al tiempo que reducen los costes de fabricación, lo que en última instancia beneficia al paciente».
Nuevos tratamientos regenerativos para la artrosis y la reparación del cartílago
Mediante el uso de células madre pluripotentes inducidas (CMPi), el equipo del proyecto se propuso desarrollar nuevos tratamientos regenerativos para la artrosis y la reparación del cartílago. «Estas células tienen la capacidad de diferenciarse en cualquier tipo celular del organismo, lo que las convierte en una herramienta importante en medicina regenerativa», explica Murphy. En el proyecto AutoCRAT, las CMPi humanas se diferenciaron en células estromales mesenquimatosa (iMSC, por sus siglas en inglés), un tipo de célula madre que puede diferenciarse en células óseas, cartilaginosas, musculares y adiposas «ex vivo», al tiempo que segrega factores reparadores «in vivo». Además, los investigadores desarrollaron la capacidad de aislar condrocitos (iCHO, por sus siglas en inglés), las células funcionales del cartílago. «Mientras que las iMSC se utilizaron para tratar la artrosis demostrada, los iCHO se emplearon para reparar defectos del cartílago derivados de lesiones que podrían acabar convirtiéndose en artrosis», comenta Murphy. Tanto las MSC como los CHO se han utilizado en el pasado para tratar la artrosis, pero en este proyecto se emplearon para prevenir la aparición de la enfermedad.
Fabricación automática de productos para el tratamiento de la artrosis
Otro resultado fundamental del proyecto fue un sistema automatizado cerrado, escalable y conforme a la normativa. Denominada AutoCRAT Regenerative Medicine Factory (ARM-F), esta innovadora tecnología está diseñada para permitir la producción rentable de los revolucionarios productos terapéuticos del proyecto. El sistema de producción automatizado abarca la producción celular, la producción de vesículas extracelulares derivadas de las células AutoCRAT y la realización de los ensayos de control de calidad que garantizan la funcionalidad de cualquier tecnología producida. «Aunque el resultado final del proyecto es la evaluación preclínica de nuestros tratamientos —un primer paso importante hacia los ensayos clínicos en humanos—, ARM-F es lo que en última instancia nos permitirá producir estos tratamientos de forma cerrada y más económica, lo que hará más factible tratar a más pacientes de artrosis u otras enfermedades», concluye Murphy. En el proyecto se han elaborado numerosas publicaciones con revisión interpares y se están redactando otras.
Palabras clave
AutoCRAT, artrosis, artropatía, células madre, tratamientos regenerativos, reparación del cartílago, medicamentos de terapia avanzada