¿Siente culpa o vergüenza por lo que sucede con el clima?
Las predicciones de una catástrofe inminente provocada por el cambio climático están sucediendo ante nuestros propios ojos. Las alarmas de la urgencia climática son ensordecedoras. ¿Viajar en avión para la reunión? ¿Pedir carne del menú? ¿Comprar botellas de agua de plástico? Nos bombardean todo el tiempo con estas decisiones y prioridades cotidianas que, en última instancia, repercuten en los problemas medioambientales. ¿Qué influye en nuestras decisiones? Un equipo de investigación de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) estudió cómo influían la llamada ecoculpa y la ecovergüenza en las personas y su comportamiento cotidiano. Los resultados se publicaron en la revista «Frontiers in Sustainability».
¿Está ansioso por el clima?
Los investigadores entrevistaron a daneses que suponían una muestra representativa de la población en función del sexo, la educación, la edad, el lugar de residencia y el nivel de compromiso. Descubrieron que los participantes con conciencia ecológica eran más propensos a sentirse culpables cuando no cumplían sus propias normas medioambientales. Aquellos con menos conciencia ecológica sentían vergüenza porque les faltaba compromiso. «Las personas que se preocupan mucho por el medio ambiente se sienten culpables por no hacer lo suficiente, ya que asumen un grado de responsabilidad alto por sus acciones y su impacto en el medio ambiente», explicó Rikke Sigmer Nielsen, autora principal del estudio que trabaja en el Departamento de Economía de Alimentos y Recursos, en un comunicado de prensa. «Mientras tanto, las personas que se preocupan menos tienden a sentir vergüenza por su falta de interés y acción con respecto a las cuestiones medioambientales, que a menudo se desencadena durante la interacción social». Los responsables de la toma de decisiones que elaboran o informan las políticas, estrategias y comunicaciones para promover un comportamiento más respetuoso con el medio ambiente pueden sacar provecho del estudio. «Los resultados pueden ayudar a los responsables políticos y a las organizaciones a diseñar campañas e iniciativas políticas más eficaces destinadas a promover un comportamiento más sostenible», declaró Nielsen.
¿Está bien utilizar la culpa y la vergüenza como armas?
El estudio podría suscitar un debate ético y moral más amplio sobre el empleo de la culpa y la vergüenza en la comunicación sobre el medio ambiente. «Invocar la vergüenza a menudo conduce a la resistencia y al desafío en lugar de a un cambio positivo de comportamiento. Y no es ahí adonde queremos ir», concluyó Nielsen. «Sin embargo, algunas personas (aquellas que se preocupan por las cuestiones medioambientales) podrían en algunos casos utilizar sus sentimientos de culpa y vergüenza como una especie de brújula moral para motivarse a actuar de forma más sostenible. Así pues, estas emociones son complejas y deben comprenderse en profundidad si queremos fomentar un comportamiento en favor del medio ambiente».
Palabras clave
culpa, vergüenza, clima, medio ambiente, comportamiento, ecoculpa, ecovergüenza