Las lombrices y los insectos renuevan los residuos plásticos
Las industrias agrícola y de envasado de alimentos consumen enormes cantidades de plástico. Encontrar formas de reutilizar este material y reducir los residuos sigue suponiendo un reto importante. Por ejemplo, alrededor de la mitad de los envases alimentarios usados que acaban en los residuos urbanos no pueden reciclarse porque contienen restos de comida o son una mezcla de distintos plásticos. Dichos residuos plásticos se destinan al vertido o la incineración y a menudo pueden acabar en el suelo. «Las rutas actuales de reciclaje son insuficientes para hacer frente a estos problemas», explica la coordinadora del proyecto RECOVER, María López, de la Universidad de Almería (España). «Debemos encontrar nuevas soluciones». El equipo de RECOVER recibió financiación de la Empresa Común para las Bioindustrias, una asociación público-privada entre la Unión Europea y la industria.
Transformación de residuos plásticos en productos útiles
De este modo, el equipo de RECOVER ha sido pionero en nuevas formas de convertir los residuos plásticos en productos útiles y eliminar la contaminación plástica existente. Para ello, se emplearon soluciones biológicas. «Nuestras herramientas eran los microorganismos, los insectos y las lombrices», explica López. «Combinamos sus capacidades naturales para transformar y eliminar el plástico en tres escenarios clave». El primer escenario se centraba en el plástico que no puede reciclarse fácilmente. Se probó una combinación de insectos y microorganismos conocidos por alimentarse del plástico y descomponerlo. Este cóctel biológico se utilizó para descomponer los residuos plásticos y crear un abanico de nuevas posibilidades. El estiércol de los insectos comedores de plástico, denominado «excremento de insecto», se utilizó para preparar abonos, mientras que se empleó quitina, un compuesto antimicrobiano extraído de los exoesqueletos de los insectos, para fabricar envases biodegradables para alimentos. «Este envase alimentario también puede prolongar la vida útil de los alimentos porque tiene propiedades antimicrobianas», añade López. «En el proyecto se probó con pechuga de pollo». También se utilizaron la quitina e incluso partes de los insectos para fabricar películas para la agricultura y macetas biodegradables, respectivamente. «La idea es que estas macetas puedan utilizarse con el abono producido a partir de los excrementos de los insectos», explica López.
Eliminar la contaminación por residuos orgánicos
Un segundo escenario se centraba en los flujos de residuos orgánicos, que a menudo contienen plástico. Dicha contaminación puede ser difícil de separar y eliminar, con la consiguiente contaminación por plásticos en el compost. Para ello, el equipo del proyecto utilizó un determinado tipo de lombriz, en combinación con microorganismos, con el fin de eliminar el plástico. «Los microorganismos pueden actuar como probióticos para las lombrices de tierra, ayudándolas a alimentarse del plástico y convertirlo en abono», señala López. « A continuación, este compost puede combinarse con los residuos de insectos de nuestro primer escenario para producir un compost de alto valor». El tercer escenario consistía en eliminar la contaminación plástica del suelo, esta vez utilizando una especie diferente de lombriz de tierra. El equipo del proyecto también estudió formas de controlar y modelizar la contaminación por microplásticos en el suelo y en el compost.
Macetas, abonos y envases alimentarios biodegradables
Entre los principales éxitos del proyecto figuran el desarrollo de un dispositivo para el control de microplásticos, macetas biodegradables, fertilizantes y láminas para envasado de alimentos. «Todos estos productos avanzan hacia su comercialización», señala López. «Sin embargo, eliminar el plástico del suelo resultó más difícil». López cree que el público debe ser consciente de ello. «Hay plásticos en el medio ambiente, y aún nos queda trabajo por hacer en este sentido», añade. «Pese a todo, nuestro planteamiento podría formar parte de una futura solución». De hecho, el proyecto RECOVER nos ha enseñado muchas cosas. « Existen muchas soluciones biológicas que podrían utilizarse para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos de reciclaje», afirma López. «No es más que la punta del iceberg, desde el punto de vista de la biotecnología».
Palabras clave
RECOVER, plástico, residuos, microorganismos, lombrices, insectos, reciclaje, contaminación