Las inspecciones robotizadas podrían transformar las operaciones marítimas
La limpieza e inspección subacuática del casco son aspectos fundamentales del mantenimiento de los buques. Por ejemplo, la biocorrosión causada por la acumulación de organismos marinos y biopelículas, puede provocar daños mecánicos, reducir la eficacia operativa y aumentar el consumo de combustible. «Un casco limpio puede ahorrar a los operadores de buques millones de litros de combustible», afirma el coordinador del proyecto BugWright2, Cédric Pradalier, de Georgia Tech-Europe (Francia). «Es algo que suscita un gran interés».
Drones aéreos y robots submarinos
Un primer paso fundamental en la limpieza y el mantenimiento del casco es la inspección. Normalmente, los buques se sacan del agua y se tratan en diques secos. Ello suele requerir la construcción de grandes andamios, lo cual puede resultar caro y peligroso. «A continuación, los inspectores se sitúan a un distancia razonable del buque, inspeccionándolo manualmente», explica Pradalier. El equipo del proyecto BugWright2, coordinado por el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) de Francia, pretendía automatizar este procedimiento e implantar un sistema que permitiera realizar algunas inspecciones en el agua. «Nuestra idea era crear un conjunto de herramientas automatizadas para apoyar el proceso de inspección y garantizar que los datos estén bien documentados», añade Pradalier. «Utilizar un sistema de datos común significa que se puede acceder a la información cuando se inspeccione de nuevo el buque». El equipo del proyecto desarrolló herramientas como drones aéreos y robots submarinos con ruedas magnéticas para escanear el exterior del barco. Algunos de estos robots se utilizaron para medir el grosor del casco, con el fin de detectar una posible corrosión. Asimismo, se utilizó tecnología de localización para ayudar a los operadores a saber exactamente dónde se encontraban en el barco.
Inspecciones automatizadas de buques exitosas
El equipo del proyecto pudo probar esta tecnología en una maqueta del casco de un barco en alta mar, así como en un buque de la armada portuguesa a punto de ser retirado del servicio. El equipo también llevó a cabo inspecciones automatizadas de los tanques de almacenamiento de remolacha azucarera en tierra, que sustituyeron a los tanques de petróleo. Ello planteaba muchos menos problemas logísticos y de seguridad que los depósitos de petróleo. Para Pradalier, un éxito clave fue conseguir que algunas sociedades de clasificación —las organizaciones delegadas por los países para elaborar y aplicar normas marítimas— aceptaran la inspección robótica como procedimiento viable. «Es de vital importancia», afirma. «Si un armador utiliza un procedimiento que no ha sido validado por una sociedad de clasificación, sencillamente no estará asegurado. Es un gran paso». El equipo del proyecto también confirmó la eficacia de muchos de los componentes individuales utilizados. Los guardacostas noruegos utilizan actualmente un dron submarino que combina el sonar acústico con la imagen para inspeccionar y proteger sus barcos.
Marco de notificación y almacenamiento de datos sobre buques
El equipo del proyecto también subrayó la importancia de establecer un marco común normalizado para notificar y almacenar los datos de las inspecciones de buques. Para Pradalier, se trata del siguiente paso fundamental. De este modo, los operadores podrían comparar fácilmente el estado actual de un buque con la última inspección registrada. No se trata tanto de una cuestión tecnológica como reglamentaria. «Ello tiene que ponerse en marcha en la Organización Marítima Internacional », señala. «De este modo, podrían difundirse a través de todas las sociedades de clasificación unas directrices simplificadas y claras para el uso de herramientas de inspección a distancia». Mientras tanto, se seguirá explorando el potencial de reunir componentes robóticos individuales en una aplicación sencilla, lo cual permitirá que las inspecciones de buques sean más eficientes y rentables, además de más seguras.
Palabras clave
BugWright2, marítimo, buques, biocorrosión, biopelículas, robots, drones