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Educational Common Spaces. Passing through enclosures and reversing inequalities

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El toque de los bienes comunes en la educación

El concepto de bienes comunes educativos ha demostrado ser una herramienta eficaz para promover la inclusión social y hacer frente a las desigualdades.

Decir que la educación es un pilar fundamental de la sociedad no es un tópico, sobre todo cuando aborda desigualdades estructurales. En el proyecto SMOOTH, financiado con fondos europeos, se es muy consciente de ello y, por ende, se redefine la educación a través de la perspectiva de los bienes comunes educativos: un concepto paraguas utilizado para clasificar la transición de la educación tradicional a otra caracterizada por la idea de fomentar la compartición, el cariño, la cooperación y el aprendizaje experimental. El equipo del proyecto se propuso demostrar cómo los bienes comunes educativo pueden constituir una herramienta eficaz para revertir las desigualdades y favorecer un entorno educativo más integrador y democrático.

El programa de acción

Para demostrar que los bienes comunes educativos podrían actuar como un catalizador de la inclusión social, en SMOOTH se puso en marcha un programa innovador en el que niños y jóvenes participaban para lograr cinco objetivos, a saber: revertir las desigualdades a las que se enfrentan los grupos sociales vulnerables, consolidar el diálogo intercultural e intergeneracional, favorecer el desarrollo de habilidades sociales y personales básicas, crear espacios democráticos para la experimentación y la creatividad colectiva, y fomentar la construcción de comunidades a través de la aceptación de las diferencias. El equipo del proyecto, que contó con la participación de universidades, laboratorios de investigación, ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales, museos y organizaciones juveniles de varios países, llevó a cabo estudios de casos destinados a demostrar cómo los bienes comunes educativos pueden promover de forma activa la inclusión social, por ejemplo en la Universidad Pompeu Fabra, en España y en un club juvenil gestionado por Cáritas en Palermo, en Italia. «Incluso dentro de las estructuras diseñadas para la escolarización formal, existe potencial para la transformación democrática y el desarrollo de bienes comunes educativos. Hacer hincapié en la cooperación igualitaria frente a la competencia desafía la noción de los niños como capital humano, contrarrestando su reducción a objetos económicos», comenta el coordinador del proyecto SMOOTH, Yannis Pechtelidis, profesor de Sociología de la Educación de la Universidad de Tesalia. Pechtelidis también mencionó que los estudios de casos de SMOOTH revelaban altos niveles de confianza en las escuelas, los maestros y los alumnos durante todas las fases de aplicación. Estos ponen en entredicho la visión fabril de la educación, en la que se involucra a niños pasivos para lograr resultados predeterminados.

En primer lugar, generar confianza

¿Cómo logró SMOOTH generar confianza? Pechtelidis y su equipo organizaron reuniones y seminarios exhaustivos para explicar los objetivos y beneficios del programa para, de este modo, fomentar el sentido de agencia entre las partes interesadas. En el proyecto también se emplearon planteamientos culturalmente receptivos, adaptando las actividades para que fueran inclusivas y pertinentes en diferentes contextos culturales. Para evitar la resistencia institucional, su equipo estableció relaciones sólidas con el personal educativo y los padres. Además demostró la adecuación del programa a los objetivos institucionales. «Nos basamos en pruebas de iniciativas satisfactorias similares para abogar por el programa y, además, entablamos un diálogo continuo para abordar las preocupaciones y mostrar flexibilidad a la hora de adaptarnos a los requisitos institucionales», agrega Pechtelidis. A fin de evaluar más a fondo la repercusión de SMOOTH, el equipo del proyecto empleó un planteamiento de métodos mixtos, entre los que se incluían técnicas de evaluación participativa para garantizar que los niños y los jóvenes colaboraran en el proceso de evaluación. También se llevaron a cabo actividades interactivas diseñadas para mantener a los participantes interesados y motivados, así como actividades integrales de formación y desarrollo profesional continuo para los educadores. El proyecto ha constituido un gran punto de partida. Los siguientes pasos implican una evaluación exhaustiva del proyecto, incorporando las opiniones de todas las partes interesadas para identificar los puntos fuertes, los retos y las principales conclusiones. La Universidad de Tesalia trabaja con otras universidades de todo el mundo en varias propuestas de colaboración sobre heterarquía y liderazgo en la educación, el papel de la cultura y el arte en la participación político, y la educación inclusiva y medioambiental. Por último, el equipo de SMOOTH se propone fomentar la colaboración continua entre los miembros del consorcio, examinar nuevas asociaciones y conseguir financiación adicional para ampliar su investigación y su repercusión.

Palabras clave

SMOOTH, bienes comunes educativos, inclusión social, desigualdades estructurales, creación de comunidades, bien común, aprendizaje experimental

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