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Raising summer energy poverty awareness to reduce cooling needs

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Empoderar a las familias vulnerables para mantener sus hogares bien refrigerados durante el verano

Un proyecto financiado con fondos europeos busca reducir la pobreza energética de verano en hogares vulnerables, un aspecto de la crisis energética que se suele pasar por alto. La iniciativa sensibiliza sobre cómo mantener el confort interior y reducir el consumo de energía durante las olas de calor.

Los datos de Eurostat de 2022 muestran que el 9,3 % de la población de la Unión Europea (UE) tiene dificultades para mantener calientes sus hogares, debido a los bajos ingresos, los altos costes de la energía y el uso ineficiente de la energía en las viviendas. Además, cerca del 19 % de la población comunicó que sufre molestias por el calor en verano, lo que indica que la pobreza energética también incluye las necesidades de refrigeración. Muchos hogares carecen de aire acondicionado o suelen limitar su uso para reducir costes. El proyecto COOLTORISE, financiado con fondos europeos, se propone reducir la pobreza energética de verano entre los hogares europeos. Para ello, se han puesto en marcha varias iniciativas destinadas a educar y ayudar a los hogares para, de este modo, mejorar sus hábitos de consumo de energía. Las iniciativas encabezadas por COOLTORISE se están desarrollando en cuatro países de la UE, a saber: Bulgaria, España, Grecia e Italia.

Una serie de talleres de sensibilización

«Una de estas iniciativas son los talleres de cultura energética en verano, que se han diseñado para asesorar a los consumidores vulnerables sobre el uso eficiente de la energía durante el verano, así como para promover cambios de comportamiento que aprovechen las estrategias de refrigeración pasiva», señala Carmen Sánchez-Guevara, coordinadora del proyecto. «Entre estos cambio se incluyen evitar la entrada de calor, favorecer la ventilación nocturna y reducir las ganancias internas de calor por el alumbrado y la cocina». Se organizaron talleres sobre la factura energética para que los hogares pudieran entenderla mejor. En estos talleres se revisaron los esquemas de tarifas sociales y se proporcionó a los posibles beneficiarios conocimientos y orientación sobre cómo acceder a ellos. En cada sesión de estos talleres acudieron unas quince familias. Para garantizar la accesibilidad de las familias monoparentales, sobre todo las encabezadas por mujeres, el equipo de COOLTORISE también organizó los talleres Coolkids. En estos talleres los niños se entretenían con actividades de «arte y artesanía energética», a través de las cuales se les enseñó estrategias básicas de ahorro de energía mientras sus madres asistían a talleres para adultos, lo que permitió a las mujeres compaginar la asistencia a los talleres con sus responsabilidades de cuidadora.

Servicios de apoyo práctico

«Además de organizar talleres educativos, asesoramos sobre la instalación de kits de interior (“coolkits”) destinados a mejorar las condiciones energéticas en verano. Para fomentar la participación, entregamos estos kits a determinados hogares. Estos kits incluían artículos como ventiladores, bombillas led, regletas de enchufes, tomas de contadores inteligentes, persianas o protectores solares para ventanas», destaca Ana Sanz Fernández, investigadora del equipo de la Universidad Politécnica de Madrid, entidad coordinadora del proyecto. Representantes formados en pobreza energética de verano ayudaron en casos específicos como, por ejemplo, los hogares formados por personas mayores.

Refugios climáticos para proteger zonas urbanas

Otro objetivo consistió en promover las intervenciones colectivas en los patios comunitarios, a fin de ayudar a reducir las temperaturas del microclima y proporcionar un ambiente más fresco a las residencias circundantes. «Es fundamental tener en cuenta que la demanda de energía para refrigeración en las viviendas depende muchísimo de las condiciones externas, y no se puede mitigar solo aplicando soluciones de interior», comenta Sanz-Fernández. «Los resultados de un proyecto anterior pusieron de manifiesto cómo las islas de calor urbanas pueden aumentar las necesidades de refrigeración hasta un 40 % más que en las zonas rurales. Ello destaca la necesidad de intervenciones localizadas de reducción de la temperatura para lograr el confort térmico interior en entornos urbanos», señala Sánchez-Guevara. Para complicar las cosas, algunas familias en situación de pobreza energética suelen residir en viviendas colectivas, con espacios abiertos o patios comunitarios que, a menudo, están degradados. Tras identificar las posibles áreas de mejora higrotérmica, el equipo de COOLTORISE desarrolló soluciones en colaboración con los hogares implicados, teniendo en cuenta las características físicas y la orientación de los espacios exteriores comunes. Al final del proyecto se habrán completado un mínimo de veinte intervenciones, en las que participarán unos trescientos hogares. Por último, se ofreció a los residentes un servicio de alarma para prevenir la exposición al calor durante el verano. En colaboración con institutos de salud pública, servicios meteorológicos y organismos de protección civil, se enviaron alertas personalizadas y consejos de prevención a través de aplicaciones para teléfonos móviles. «Pretendemos concienciar sobre la pobreza energética de verano y fomentar soluciones eficientes en el uso de los recursos para hacer frente a las olas de calor. También esperamos influir en el desarrollo de políticas y mejores prácticas mediante la participación de los responsables de la toma de decisiones y la publicación de artículos científicos», concluye Sanz-Fernández.

Palabras clave

COOLTORISE, hogares, verano, pobreza energética, refrigeración, hogares vulnerables, confort térmico

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