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Community Energy for Energy Solidarity

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Juntos por la solidaridad energética

Las comunidades de energía aspiran a hacer que la energía sea más asequible y accesible democratizando su producción y consumo. Un proyecto financiado con fondos europeos fomenta este esfuerzo dotando a estas comunidades de herramientas para combatir la pobreza y vulnerabilidad energética a nivel local.

Las comunidades de energía (CE) están impulsadas por iniciativas ciudadanas colectivas y constituyen una fuerza activa en la transición hacia energías limpias. Al empoderar a personas y grupos para establecer, poseer y explotar suministros de energía locales, no solo están redefiniendo el funcionamiento de los sistemas energéticos, sino que además benefician a sus miembros gracias a la reducción de las facturas de servicios públicos. Los socios del proyecto CEES, financiado con fondos europeos, animan a las CE a dar un paso más y apoyar el aspecto «justo» de una transición energética limpia. Utilizan el término «solidaridad energética» para describir tanto el compromiso de una CE para paliar la pobreza energética entre sus miembros como las medidas con las que pueden lograr este cometido. «En CEES se está investigando cómo las CE pueden desempeñar un papel más activo en la lucha contra la vulnerabilidad energética a nivel local —comenta Marilyn Smith, coordinadora de comunicación de CEES—. La solidaridad energética hace hincapié en el espíritu de los miembros de la comunidad, que se ayudan mutuamente, y garantiza que los hogares vulnerables no tengan que depender solo de las ayudas estatales o de la asistencia social».

Medidas prácticas en pro de la solidaridad energética

Los socios de CEES pusieron en práctica diferentes medidas para demostrar la solidaridad energética; cada una de ellas adaptada a las necesidades y particularidades de los contextos locales. Las «medidas blandas» hacen referencia a acciones rentables y fáciles de organizar, como proporcionar mantas calientes, bloquear las chimeneas que causan corrientes de aire frío o compartir consejos sobre cómo optimizar el uso de la energía. Las «medidas duras», como el aislamiento de tejados y paredes o el cambio de ventanas, se centran en mejorar la eficiencia energética de las viviendas. «Los socios de CEES organizaron una serie de “cafés energéticos” para fomentar el conocimiento del consumo de energía, que se complementaron con visitas a domicilio para ofrecer asesoramiento personalizado sobre ahorro energético —comenta Smith—. En Portugal, por ejemplo, Coopérnico defiende el concepto de “gastar de forma inteligente” frente al de ahorrar energía. El equipo de CEES reconoce que muchos hogares vulnerables ya consumen menos y que muchos hogares portugueses consideran normal pasar frío en casa». «En Croacia, ZEZ, socio de CEES, recaudó fondos para distribuir kits cálidos, que proporcionan calor inmediato, hasta que se puedan realizar mejoras a largo plazo en la eficiencia de los hogares o los sistemas de calefacción de las personas —agrega Smith—. Aunque estos dispositivos no resuelven el problema de fondo de los hogares fríos, mitigan sus efectos y preparan el terreno para otras intervenciones». En cuanto a las medidas duras, Les 7 Vents (Francia) aplicó el planteamiento de las «3 SR» («shared», «supported», «self-renovation»: compartir, apoyar y autorrenovar) en las reformas de viviendas para mejorar la eficiencia energética. Ello ayuda a reducir los costes de mano de obra al contar con un profesional del sector de la construcción, que guía a los voluntarios dispuestos a compartir la carga de trabajo. La familia beneficiaria prepara y ofrece comidas y se espera que trabaje como voluntaria en otras obras para «devolver el favor».

Identificar los obstáculos a las políticas energéticas

En CEES también se investiga cómo los marcos jurídicos y reglamentarios favorecen u obstaculizan la solidaridad energética, así como las medidas financieras y no financieras que las CE deben tener en cuenta cuando se proponen ayudar a hogares vulnerables. «Aunque la Unión Europea reconoce el potencial de las CE para atajar la pobreza energética, los socios de CEES se han encontrado con varios obstáculos jurídicos y políticos que menoscaban sus actividades», dice Smith. Por ejemplo, Croacia aún no reconoce la pobreza energética en ninguna legislación, por lo que no hay datos sobre a quién afecta. Además, la legislación actual sobre las CE socava la aplicación de un planteamiento solidario. Por lo general, los ciudadanos deben abonar una cuota inicial para afiliarse a una CE. No obstante, si un hogar vulnerable paga esta cuota para tener menos gastos energéticos en el futuro, el Estado corta inmediatamente la ayuda para el pago de las facturas actuales o atrasadas. Además, aunque los socios de CEES han constatado que existe un apoyo público a la solidaridad energética, muchas CE se enfrentan a dificultades a la hora de recaudar fondos. Al tener por lo general el estatuto jurídico de pequeñas cooperativas, no pueden ofrecer ventajas fiscales a los donantes (como sí pueden hacerlo las asociaciones sin ánimo de lucro). La experiencia de los socios de CEES en la lucha contra la pobreza energética se recopilará en un juego de herramientas de solidaridad energética. El juego de herramientas orientará a otras CE sobre la asignación de recursos y la elección de medidas viables y adaptadas al contexto.

Palabras clave

CEES, comunidades de energía, pobreza energética, solidaridad energética, energía limpia

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