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Industrial scale PET chemical recycling via an innovative glycolysis process

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La tecnología química lleva el reciclado de PET al siguiente nivel

Un proceso innovador ofrece una segunda oportunidad a los residuos plásticos no recuperables, al convertirlos en material de alta calidad para las industrias química y alimentaria.

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El tereftalato de polietileno (PET) es un tipo de plástico transparente y resistente que destaca por su ligereza y su reciclabilidad al 100 %. A diferencia de los plásticos de un solo uso, es versátil y puede reutilizarse indefinidamente. Constituye aproximadamente el 7,4 % de todos los plásticos y se utiliza ampliamente en la fabricación de materiales de envasado de alimentos, películas y tejidos. Los métodos tradicionales de reciclado de PET se basan principalmente en procesos de reciclado mecánico que transforman los residuos recogidos ricos en PET en un PET reciclado de menor calidad. Aunque este método requiere un tratamiento y un lavado intensivos del material de entrada, el PET reciclado obtenido mecánicamente sigue siendo impuro e inadecuado para su reutilización en envases alimentarios debido a los problemas de higiene y seguridad.

El reciclado químico al rescate

Teniendo en cuenta estos retos, en la actualidad sólo se recicla una pequeña parte del PET, en su mayoría botellas transparentes y de color. Esto se debe a las limitaciones en el proceso inicial de selección de residuos, que conduce a materias primas con costes elevados y reduce significativamente el porcentaje de residuos que pueden reciclarse. El equipo del proyecto ChemPET, financiado con fondos europeos, se propuso solucionar este problema al desarrollar y aplicar el reciclado químico. «Esta tecnología descompone los polímeros plásticos hasta su forma básica de monómero y los purifica. A continuación, los devuelve al proceso original de policondensación, sustituyendo esencialmente los recursos fósiles vírgenes», explica Luca Fragiacomo, coordinador del proyecto y director de la sucursal de la empresa italiana Garbo. En otras palabras, la sofisticada tecnología de ChemPET transforma los residuos de PET en un valioso recurso para crear nuevo cPET virgen. Esta transformación se consigue al crear un producto intermedio estable y seguro, conocido como BHET, que permite una nueva polimerización en PET. El producto resultante, PET reciclado químicamente (crPET, por sus siglas en inglés), iguala la calidad de los polímeros vírgenes e incluso es apto para aplicaciones alimentarias. «Aunque el reciclado químico requiere una mayor inversión inicial en comparación con el reciclado mecánico tradicional, su punto fuerte reside en el uso de materias primas de bajo valor, lo que lo convierte en una solución sostenible», señala Fragiacomo. «También aborda cuestiones relacionadas con los plásticos a base de PET difíciles de reciclar, como los envases opacos, los materiales multicapa y los residuos textiles».

Allanar el camino hacia la adopción de la tecnología en toda la industria

El proyecto ChemPET supuso un hito importante para Garbo, ya que la financiación le permitió concentrar sus esfuerzos en lograr la finalización técnica y de ingeniería de la primera planta industrial de ChemPET. Situada en la sede de la empresa, la planta alcanzó un notable rendimiento de seis toneladas diarias de residuos de PET introducidos en el reactor. Este logro permite la entrada en el mercado de la planta, especialmente en aplicaciones de reciclado de residuos textiles. Garbo también ha protegido sus principales innovaciones de proceso, lo que se ha traducido en cinco patentes registradas y una más en las fases finales del estudio. También se ha asegurado la tramitación de los permisos necesarios para explotar su planta en el emplazamiento de Cerano. Se espera que el impacto de la tecnología de ChemPET sea sustancial. «En el futuro, prevemos la construcción de plantas de transformación química a gran escala con una capacidad estimada de cuarenta y cinco mil toneladas anuales. Una planta de tamaño estándar será lo bastante eficiente para procesar los residuos de PET disponibles en un radio de quinientos a mil kilómetros», subraya Fragiacomo. «De cara al futuro, el desarrollo ulterior de nuestra tecnología se derivará de las actividades de concesión de licencias. Se espera que esto impulse la adopción de la tecnología por parte de los productores y transformadores de PET de todo el mundo», concluye Fragiacomo.

Palabras clave

ChemPET, PET, plástico, Garbo, reciclaje químico, polímero, BHET

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