Herramientas para diagnosticar la demencia antes y mejor
Si olvida las cosas más a menudo y pierde el hilo con mayor frecuencia, ¿significa esto que padece o va a padecer demencia? No necesariamente. En cualquier caso, ¿cuál sería la probabilidad de que eso ocurriera? Un equipo de investigadores respaldados por el proyecto AI-Mind, financiado con fondos europeos, está desarrollando herramientas basadas en la inteligencia artificial (IA o AI, por sus siglas en inglés) con el fin de predecir qué personas con algún deterioro cognitivo leve corren el riesgo de padecer demencia en el futuro. El núcleo de este proyecto consiste en la realización de un estudio orientado al desarrollo y la validación de estas herramientas. Este estudio de investigación se está llevando a cabo en Finlandia, Italia, Noruega y España. Desde su puesta en marcha en enero de 2022, constituye el mayor estudio europeo de estas características. La investigación está dirigida por la catedrática Ira Haraldsen, coordinadora del proyecto AI-Mind en el Hospital Universitario de Oslo. «El propósito de nuestro proyecto es abordar una necesidad clínica de alcance mundial —asegura Haraldsen en una noticia publicada en el medio digital “sciencenorway.no”—. Hasta el día de hoy, aún no somos capaces de predecir el riesgo de padecer demencia en el caso de pacientes afectados por un deterioro cognitivo leve».
El diagnóstico precoz es fundamental
En la actualidad, la demencia solo se diagnostica tras la aparición de síntomas claros. Sin embargo, en opinión de esta investigadora, el diagnóstico llega demasiado tarde. «Para entonces, ya solo podemos aliviar los síntomas, pero no alterar al curso de la enfermedad. Lo que queremos es trasladar el diagnóstico a otra ventana temporal», señala. En el estudio se trabajará con un millar de participantes de entre sesenta y ochenta años de edad, todos ellos aquejados al algún deterioro cognitivo leve. Ya se han reclutado suficientes participantes de Italia y Noruega, pero aún falta conseguir algunos más en los casos de Finlandia y España. ¿Qué depara el estudio AI-Mind a los participantes? A lo largo de dos años, cada participante efectúa hasta cuatro visitas al centro de salud, durante las cuales debe superar varias fases de cribado y recogida de datos. En primer lugar, se les pide que completen varias pruebas cognitivas relacionadas con aspectos como la memoria, el pensamiento y el lenguaje, además de someterse a un examen profesional destinado a determinar si reúnen los requisitos para participar en el estudio. Durante una de las mencionadas visitas, se recoge una muestra de sangre del paciente con el fin de analizar si presenta factores genéticos o de otro tipo asociados al riesgo de padecer demencia. En cada visita se realizan pruebas de electroencefalografía y magnetoencefalografía para medir la actividad eléctrica del encéfalo. «Lo interesante es que, de entre las personas con un deterioro cognitivo leve, el 50 % desarrolla demencia y el otro 50 %, no. A día de hoy, los médicos no tienen forma de saber a qué grupo perteneces», subraya Haraldsen. El objetivo es que las herramientas de IA que se están desarrollando en el marco del proyecto AI-Mind —herramientas digitales inteligentes para el cribado de la conectividad encefálica y para la estimación del riesgo de demencia en personas afectadas por algún deterioro cognitivo leve— nos permitan predecir si alguien corre el riesgo de sufrir la enfermedad o si, en cambio, se encuentra a salvo de ella. «Nuestro sueño es conseguir el cribado poblacional de, por ejemplo, todas las personas de cincuenta y cinco años de edad», confiesa la investigadora. A las personas identificadas como de alto riesgo se les puede hacer un seguimiento y corregir esos factores de riesgo que favorecen la aparición de la demencia. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto AI-Mind
Palabras clave
AI-Mind, demencia, deterioro cognitivo, IA, encéfalo