¿De qué manera las señales de vulnerabilidad fomentan el vínculo social?
Dejar que los demás vean si estamos estresados no parece una decisión muy sensata desde el punto de vista evolutivo. Al fin y al cabo, demostrar debilidad nos hace vulnerables ante los ataques, ¿no? Sin embargo, ¿realmente nos beneficia de algún modo demostrar que estamos estresados? Sí, de acuerdo con un nuevo estudio publicado en la revista «Evolution and Human Behavior». El estudio, que ha contado con el apoyo parcial del proyecto financiado con fondos europeos FACEDIFF, investigó por qué utilizamos el cuerpo, las manos y las expresiones faciales para comunicar el estrés. ¿Los demás se dan cuenta de nuestros comportamientos relacionados con el estrés? ¿Cómo los perciben? Los investigadores descubrieron que estos comportamientos están relacionados con nuestra capacidad para crear y conservar redes sociales. De hecho, descubrieron que cuanto más estresados parecemos, más simpáticos resultamos a los demás.
Generar estrés y detectarlo
A fin de obtener respuestas, el equipo de investigación provocó estrés en treinta y un participantes con una edad media de unos veintiocho años para observar su comportamiento. Los participantes tuvieron que preparar una entrevista de trabajo para obtener un puesto de psicólogo clínico que incluía un discurso de tres minutos sobre por qué eran los candidatos ideales. A continuación, debían realizar el discurso, responder a una serie de preguntas deliberadamente difíciles en el marco de la entrevista de trabajo y realizar una tarea de cálculo mental. «No debería sorprendernos que la mayoría de los participantes se estresaran», escribe el autor principal del estudio, el doctor Jamie Whitehouse de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido), entidad coordinadora del proyecto FACEDIFF, en un artículo publicado en «The Conversation». Posteriormente, el equipo mostró vídeos de los participantes estresados a 133 personas de entre 35 y 45 años, a quienes los participantes no conocían en absoluto. A esos desconocidos se les pidió que respondieran a tres preguntas en una escala variable de cero a cien. Las preguntas se referían a lo estresada que parecía la persona del vídeo, la confianza que les inspiraba su respuesta y, como primera impresión, cuánto les gustaba esa persona. «Resulta que los humanos somos bastante buenos para identificar si alguien se siente estresado. Cuanto más estresada declaraba estar una persona, más estresada pensaban los demás que estaba: una relación lineal clara. Como era de esperar, el comportamiento autodirigido parece desempeñar un papel importante. A mayor número de estos comportamientos, más estresada se consideraba a la persona», informa Whitehouse. Como indica el estudio que cuenta con el apoyo de FACEDIFF (Individual differences in facial expressivity: Social function, facial anatomy and evolutionary origins), existe un vínculo claro entre el comportamiento y la percepción del estrés. Además, el hecho de que las personas que parecían más estresadas también se consideraran más simpáticas podría ser el motivo por el que los humanos muestran este tipo de debilidad. Whitehouse lo explica del modo siguiente: «Las primeras impresiones de las personas en relación con las “señales de estrés” no son negativas, sino más bien muy positivas. Esperamos que las personas se aprovechen de la debilidad, pero mostrar nuestro lado vulnerable fomenta el apoyo y el vínculo social». Para más información, consulte: Página web del proyecto FACEDIFF
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