¿Se puede morir de un «corazón roto»?
Se trata de la máxima tragedia romántica, pero ¿puede alguien morir de verdad tras un desengaño sentimental? «En principio, sí —comenta Bogomolovas, biólogo del UC San Diego Health, en los Estados Unidos—. El síndrome de discinesia apical transitoria, o síndrome de takotsubo, es una miocardiopatía de inicio repentino provocada por el estrés emocional. Es bastante grave, pero se desconoce su mecanismo subyacente». Esta afección, también conocida como «síndrome del corazón roto», provoca un debilitamiento súbito del músculo cardíaco, lo que impide que el corazón bombee sangre de manera eficaz. Puede ser provocada por algo más que la pena: en 2019, los médicos del Hospital Universitario Soroka, en Israel, presentaron el caso de una mujer de 60 años que sufrió un infarto de miocardio en una boda tras ingerir una gran cantidad de pasta de «wasabi» al confundirla con guacamole. Bogomolovas, coordinador del proyecto financiado con fondos europeos Titin Signals, investigó cómo el estrés daña el tejido cardíaco. En lugar de estudiar el desengaño sentimental, su equipo se centró en el estrés crónico, «un factor causal secundario bastante importante de la hipertensión arterial, el principal factor responsable de los problemas cardíacos», agrega el biólogo. Si no se controlan, los daños causados por la hipertensión pueden provocar una insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca es uno de los principales problemas de salud en el mundo, con una tasa de supervivencia mucho más baja que la del cáncer: solo cerca de la mitad de las personas diagnosticadas sobreviven otros cinco años después de su diagnóstico. «La medicina ayuda a las personas a superar este revés, pero ahora su corazón queda dañado», comenta Bogomolovas. Aunque existen diferentes tratamientos adaptativos para reducir la tensión arterial y prevenir la formación de coágulos, casi ninguno actúa de forma selectiva sobre el músculo cardíaco a fin de repararlo. Bogomolovas, beneficiario de una beca individual de investigación Marie Skłodowska-Curie, estudió el papel de una molécula elástica gigante conocida como filamento de titina, que se acumula en el tejido cardíaco durante el estrés mecánico o tóxico. «No sabemos por qué sucede esto; si lo supiéramos, podría ser útil para desarrollar tratamientos dirigidos a los músculos del corazón», explica Bogomolovas. Mientras tanto, más vale prevenir que curar cuando se trata de cuidar el corazón. Los cambios en el modo de vida, como una dieta saludable, el ejercicio regular y no confundir el «wasabi» con el guacamole, pueden ayudarnos a mantenernos fuera de la sala de urgencias. También se ha demostrado que unos vínculos sociales fuertes mejoran nuestro bienestar, por lo que no debemos temer por compartir nuestro amor con las personas que queremos, aunque suponga alguna que otra ruptura, porque seguramente le vendrá bien a nuestro corazón. Y si sucede lo peor, no hay que desesperarse: a diferencia de un infarto de miocardio provocado por el estrés crónico y el daño al tejido cardíaco, Bogomolovas afirma que los síntomas del síndrome del corazón roto desaparecen después de veinticuatro horas con la atención médica adecuada. Sin embargo, olvidar a una expareja puede llevar un poco más de tiempo. Haga clic aquí para saber más sobre la investigación de Julius Bogomolovas: Perspectivas moleculares sobre la insuficiencia cardíaca.
Palabras clave
corazón, insuficiencia cardíaca, estrés, crónico, roto, takotsubo, síndrome, «wasabi»