La política interconectada es clave para la migración y el desarrollo rural
Los motivos por los que las personas abandonan las zonas rurales son complejos. La falta de trabajo disponible, un deseo de escapar de la pobreza, las aspiraciones de la juventud y el impacto del cambio climático son algunos de factores motivadores clave. Para las comunidades agrícolas que experimentan la emigración, las repercusiones pueden ser diversas y variar mucho. Muchas de estas comunidades están poco representadas en la formulación de políticas y la investigación, algo que el proyecto AGRUMIG (‘Leaving something behind’ – Migration governance and agricultural & rural change in ‘home’ communities: comparative experience from Europe, Asia and Africa), coordinado por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, en el Reino Unido, pretende abordar. Alan Nicol, del Instituto Internacional de Gestión del Agua, en el Reino Unido,y miembro del proyecto AGRUMIG, explica: «Queríamos evaluar las consecuencias para aquellas zonas rurales que se están dejando atrás y estudiar si la migración puede actuar como catalizador de la transformación rural y cómo puede hacerlo».
Comprender el movimiento demográfico mundial
El equipo del proyecto se propuso capturar este panorama general del movimiento demográfico mundial, con el fin de proponer ideas y recomendaciones sobre cómo orientar mejor las políticas migratorias y de desarrollo rural. Para lograr este objetivo, se examinaron los contextos socioeconómicos y las políticas de siete países muy diferentes (China, Etiopía, Kirguistán, Moldavia, Marruecos, Nepal y Tailandia) con especial atención a la migración económica. Nicol añade: «No se trata de una mera cuestión de personas migrando a Europa. Los países del Golfo también son destinos. Cuando se tienen esas enormes desigualdades de riqueza tan cerca entre sí, las personas se van a mover». El equipo del proyecto AGRUMIG usó encuestas y herramientas participativas para examinar los factores que subyacen a la migración en estos países y analizar las repercusiones en el sector rural. Se celebraron diálogos políticos, además de entrevistas en profundidad con responsables políticos y profesionales.
Estudio de las repercusiones políticas en las zonas rurales
Los hallazgos reflejaron la variedad de situaciones. En China, por ejemplo, la política gubernamental ha dado lugar a la mecanización de la agricultura y a la introducción de tecnologías que ahorran mano de obra en respuesta a la migración de zonas rurales a urbanas. Una repercusión inmediata de este hecho podría ser una reducción aún mayor de la disponibilidad de empleos rurales, y fomentar que más agricultores se trasladen a las ciudades. En Etiopía, el elevado crecimiento de la población, la baja producción agrícola y la deficiente generación de empleo ha dado lugar a una importante migración interna e internacional. Intervenciones políticas destacadas han tratado de gobernar mejor la emigración, incluidos los programas de formación previos a la partida y los programas de creación de empleo rural. Marruecos, mientras tanto, ha asistido a numerosas olas de emigración durante varios decenios. Recientemente se ha producido una interconexión creciente entre la Unión Europea y Marruecos en asuntos migratorios, y Marruecos también se ha convertido en un país de tránsito. El equipo del proyecto descubrió que pueden establecerse vínculos más fuertes entre el desarrollo rural y la emigración, y anima a la reintegración en la economía de los retornados. Sin embargo, los factores que espolean la emigración continuarían.
Cómo las estrategias de migración racionales benefician a todos
Sin embargo, existían paralelismos entre los estudios de casos. En AGRUMIG se descubrió que en muchos países, las personas migran simplemente para ayudar a sus familias en respuesta a los bajos ingresos y el aumento de los precios. Un examen de los siete países también permitió al equipo del proyecto identificar el tipo de estrategias que fomentan una migración más segura y regulada. Estas estrategias más eficaces se centran menos en el control del movimiento de las personas y más en el aprovechamiento de los flujos de conocimientos y financieros que se producen como resultado de la migración. El equipo también señala que la migración debería ser un contribuyente neto al desarrollo de una nación. La emigración también puede aprovecharse para fomentar el desarrollo agrario por parte de los países de origen, y para ayudar a luchar contra los problemas sociales endémicos, tales como la desigualdad de género y la exclusión de los jóvenes. Nicol comenta: «La migración suele verse de una forma negativa, como algo que hay que controlar, organizar y prevenir. La verdad es que la migración es una parte clave del desarrollo. La premisa de que todas las personas que vienen a Europa quieren quedarse no es cierta. Muchas quieren trabajar y, después, volver a casa. Las políticas que favorecen esta fluidez natural serían beneficiosas para todos». Esto está respaldado por el último Informe sobre el Desarrollo Mundial del Banco Mundial, el cual señala que, dado el envejecimiento de la población europea y la necesidad de personas en edad laboral, muchos países están compitiendo para atraer a más migrantes. Nicol remarca: «Una política migratoria más racional, tanto en los países de origen como de destino, es mutuamente beneficiosa. Algo que la pandemia de la COVID hizo fue subrayar la implacable lógica de la migración; ni siquiera la COVID se interpuso en la necesidad de las personas de moverse. Reforzó la importancia estructuralmente significativa de la migración a nivel mundial».
Palabras clave
AGRUMIG, migración, migrantes, rural, agrícola, demográfico, Banco Mundial