Un paso adelante en el camino hacia la economía circular
En toda la Unión Europea (UE) se tiran cada año más de cien millones de toneladas de biorresiduos. Esta cantidad procede sobre todo de los biorresiduos municipales, y el resto de la industria de alimentos y bebidas. Alrededor del 40 % se logra reciclar y el resto va a parar a vertederos o incineradoras, lo cual tiene un gran efecto en el medio ambiente. El equipo del proyecto financiado con fondos europeos SCALIBUR, compuesto por veintiún socios y coordinado por el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), se propuso superar este reto. «La labor del proyecto se centró en tres fracciones de biorresiduos. En primer lugar, la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU), que son residuos biológicos recogidos selectivamente y generados en los hogares. En segundo lugar, los biorresiduos HORECA, que son los residuos orgánicos generados en los servicios de hostelería y restauración. En tercer lugar, los lodos de depuradora, que son los biorresiduos obtenidos tras el tratamiento de las aguas residuales», explica César Aliaga, coordinador del proyecto. En concreto, el equipo del proyecto tenía dos objetivos principales: «Primero, mejorar la recogida y la gestión de los biorresiduos y, segundo, crear productos de gran valor a partir de ellos», comenta Aliaga.
Contribución a la economía circular
«En el marco del proyecto SCALIBUR, se desarrollaron procesos de valorización de biorresiduos para contribuir a implantar una economía circular en la UE, dando valor a los residuos FORSU y HORECA, así como a los lodos de aguas residuales procedentes de las plantas de tratamiento de aguas», señala Aliaga. Durante el proyecto, se desarrollaron nuevos productos sostenibles a partir de los flujos de biorresiduos definidos. «Por ello, el principal resultado del proyecto SCALIBUR han sido los nuevos productos a partir de estas tres fracciones de biorresiduos», añade Aliaga. Por ejemplo, los residuos HORECA y FORSU han sido tratados mediante procesos bioquímicos (hidrólisis enzimática y fermentación) y de cría de insectos, cuyo resultado incluye plaguicidas biológicos, poliésteres, además de sustancias como la quitina, el quitosano y proteínas para aplicaciones en alimentos y piensos. En cuanto a los lodos de depuradora, se han desarrollado procesos novedosos para fabricar nuevos productos como biopolímeros, alcoholes y ácidos orgánicos. «Cabe destacar que en SCALIBUR también se ha trabajado en el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la recogida de biorresiduos. Se ha desarrollado y probado un innovador sistema de sensores en contenedores de recogida. Este sistema no solo mide el nivel de llenado, sino también el nivel de descomposición de la materia orgánica», informa Aliaga. Esta medición se realiza en tiempo real. Así, es posible saber de forma automática si el contenedor debe recogerse con urgencia o si la recogida puede posponerse.
Nuevas tecnologías de biorresiduos
Los próximos pasos del equipo del proyecto se centran en la explotación de estas tecnologías y la transferibilidad de los resultados a las partes interesadas. «De hecho, en el marco del proyecto se ha desarrollado un centro de biorresiduos llamado Biowaste Hub para facilitar la conexión entre las partes interesadas del sector de los biorresiduos», confirma Aliaga. Además, la plataforma permite la transferencia de todas las tecnologías desarrolladas durante el proyecto, lo cual permite a los usuarios descubrir procesos innovadores y comprobar las mejores prácticas. El objetivo de la plataforma consiste en crecer, incluso después de la conclusión del proyecto, a fin de convertirse en la red de referencia sobre biorresiduos. El equipo del proyecto SCALIBUR ha trabajado durante cuatro años en el desarrollo de nuevas tecnologías capaces de mejorar la recogida y obtener productos de gran valor. «La introducción de estas tecnologías en el mercado es una oportunidad no solo para mejorar el tratamiento de los biorresiduos, sino también para desarrollar nuevas cadenas de valor y oportunidades industriales, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de biorresiduos generados, que pueden llegar a considerarse materias primas para estos procesos», concluye Aliaga.
Palabras clave
SCALIBUR, biorresiduos, economía circular, fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos (FORSU), biorresiduos HORECA, lodos de depuradora, Biowaste Hub
