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Lo que el personal de primera intervención debería saber sobre el abuso sexual de menores

Un proyecto respaldado por la Unión Europea ha publicado un conjunto de directrices para los agentes de policía que atienden a menores que pueden haber sido víctimas de abuso o explotación sexual.

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El auge de internet ha llevado aparejado un crecimiento desmesurado del contenido relacionado con el abuso o la explotación sexual de menores en línea. A fin de tomar medidas rápidas para velar por el interés superior de los menores de edad que son presuntas víctimas de abuso sexual, los agentes de policía deben tener las capacidades y los conocimientos necesarios. El proyecto GRACE, financiado con fondos europeos, ha publicado un conjunto de directrices para ayudar al personal de primera intervención. El documento con las directrices es el resultado de la colaboración establecida a través del proyecto GRACE entre especialistas en explotación sexual de menores del Centro Europeo de Ciberdelincuencia de Europol y el Grupo Europeo de Formación y Educación en Ciberdelincuencia (ECTEG, por sus siglas en inglés). Las directrices tienen dos versiones: una pública y una restringida que se integrará en el proyecto eFIRST del ECTEG, que es una herramienta de educación virtual para personal de primera intervención y que se centra en la informática criminalística y la delincuencia informática. En un boletín informativo publicado en el sitio web del proyecto, se describe brevemente el objetivo y la importancia de las directrices. «Las directrices permitirán que los agentes de policía que responden en primera instancia puedan gestionar de manera eficaz situaciones delicadas que, por lo general, se producen en el entorno cercano de la víctima, como su casa o escuela, a menudo lejos de la mirada pública. Las directrices se han elaborado para tener en cuenta las normas unificadas que pueden utilizar estos agentes de policía en su trabajo diario, brindándoles así información pertinente sobre la mejor manera de responder si se encuentran con un menor sospechoso de ser objeto de abuso sexual».

La principal preocupación

La versión pública de las directrices comienza con una lista de términos básicos que los agentes de policía deben conocer y, a continuación, presenta una descripción general de los derechos de las víctimas. En el documento se hace hincapié en un principio rector: «El interés superior del menor, sobre todo como víctima de abuso o explotación sexual, constituirá la principal preocupación en todas las actividades realizadas por un integrante del personal de primera intervención». También se destaca el hecho de que cada víctima de abuso o explotación sexual se comporta de manera diferente, lo que puede motivar que los agentes de policía no capacitados duden de que se haya producido algún tipo de violencia sexual. Las directrices describen cuatro posibles situaciones que el personal de primera intervención puede encontrar: La primera es que el menor dé a conocer de forma directa el abuso o la explotación. La segunda es que se comunique a través de otra persona después de que el menor se lo haya dado a conocer. La tercera implica que alguien dé a conocer el abuso o explotación sexual infantil que ocurrió en el pasado. La cuarta hace referencia al personal de primera intervención que sospecha que un menor ha sufrido abusos sexuales o que se entera de forma indirecta de tal hecho. La sección titulada «5F'S IN TRAUMA» («Las cinco “efes” en el trauma») ofrece información relevante sobre cinco respuestas automáticas e instintivas diferentes al miedo y al trauma derivadas de la agresión sexual. Las cinco «efes» son: «fight» (luchar contra el agresor de forma física o verbal); «flight» (huir corriendo, retroceder u ocultarse); «freeze» (paralizarse, esto es, ponerse tenso y quedarse inmóvil y callado ante un agresor); «flop» (cuando el cuerpo se relaja y se queda sin fuerzas como respuesta automática al dolor físico que se está experimentando); y «friend» (pedir ayuda al agresor o tratar de «hacerse amigo» de él en un esfuerzo por detenerlo, aplacarlo o negociar con él). Los autores subrayan que paralizarse o intentar entablar amistad con el agresor no constituye de ninguna manera un consentimiento, sino un mecanismo de supervivencia. GRACE (Global Response Against Child Exploitation) está coordinado por el centro español de investigación en tecnología digital Vicomtech. El proyecto finalizará en noviembre de 2023. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto GRACE

Palabras clave

GRACE, menor, abuso sexual, personal de primera intervención, agresor, explotación sexual, explotación, víctima

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