Nuevos métodos agroecológicos para ampliar la agricultura ecológica
La agricultura ecológica es un sistema de cultivo que está muy en consonancia con los principios de la agroecología. Sin embargo, para que el impacto medioambiental sea mínimo, la agricultura ecológica debe aplicarse a gran escala. Uno de los principales escollos hasta la fecha ha sido conseguir esta escala sin utilizar ciertos insumos controvertidos, como el uso de plaguicidas de cobre o de antibióticos en la gestión del ganado.
Trabajo con agricultores
El objetivo del proyecto financiado con fondos europeos RELACS (Replacement of Contentious Inputs in organic farming Systems) era identificar las tecnologías y los métodos más adecuados para eliminar gradualmente la dependencia de la agricultura ecológica de estos insumos. A este fin, el proyecto comenzó por crear una red de asociaciones agrícolas, investigadores y agentes del sector de toda Europa. Lucius Tamm, coordinador del proyecto RELACS y perteneciente al Instituto de Investigación de Agricultura Ecológica (FiBL) de Suiza, explica: «Nos propusimos abordar todos los aspectos relacionados con los insumos antes de la explotación. Esto significó tener en cuenta las estrategias de protección de los cultivos, los fertilizantes y el estiércol convencional, y la gestión sanitaria del ganado». El equipo del proyecto estudió asimismo el coste para los agricultores de cualquier estrategia de sustitución propuesta, así como la receptividad tanto de los agricultores como de los consumidores. A continuación, compartieron las posibles soluciones con las comunidades agrícolas a través de talleres organizados a nivel nacional, con lo que se aseguró su compatibilidad con regiones específicas.
Reconsideración de la protección fitosanitaria
Este proceso de colaboración permitió al equipo de RELACS hacer importantes descubrimientos y proponer posibles soluciones en una serie de áreas fundamentales. En el ámbito de la protección fitosanitaria, se determinó que el cobre sirve para tratar una amplia gama de patógenos vegetales y, no solo eso, sino que se utilizaban cantidades asombrosas de cobre: más de tres mil toneladas al año solo en los doce países estudiados. «Sustituir estas cantidades a escala supondrá un desafío —señala Tamm—. Para esto no hay ninguna solución milagrosa, sino una serie de soluciones». Se probaron cuatro productos fitosanitarios candidatos en diversas condiciones climáticas y se comprobó su buen funcionamiento. El equipo del proyecto también identificó alternativas viables al aceite mineral para gestionar las plagas de los cultivos. Tamm comenta: «Una solución interesante no basada en plaguicidas que probamos fue la alteración del comportamiento de las plagas con acústica. «En general, confiamos en poder lograr una reducción del aceite mineral en un plazo razonable». El suministro de nutrientes más ecológicos se identificó como un problema importante. Los fertilizantes son voluminosos y no pueden transportarse de forma sostenible por toda Europa, así que debe darse prioridad a las soluciones circulares optimizadas y adaptadas localmente. «Existe una clara necesidad social de aprovechar mejor las materias primas disponibles y transformarlas en productos de alta calidad reciclados para fertilizar el suelo», añade Tamm.
Cría ecológica de animales
El equipo del proyecto estudió además los insumos para la ganadería ecológica. Uno de los principales objetivos era reducir la necesidad de productos farmacéuticos como los antiparasitarios para el ganado. Una de las opciones identificadas fue alimentar al ganado con brezo y otra aprovechar un agente de biocontrol fúngico. «Este pasa por el ganado y se activa en los excrementos, donde se encuentran los huevos de los parásitos —explica Tamm—. Lo que se hace, en realidad, es descontaminar el pasto». Además, se reunieron agricultores y veterinarios para compartir experiencias y debatir sobre las mejores prácticas en cuanto a regímenes de alimentación y cría. Este enfoque preventivo demostró ser capaz de reducir el uso de antibióticos a más de la mitad. También se evaluó la eficacia y el coste de las terapias con aceites esenciales, iniciadas por los propios agricultores. Las recomendaciones existentes sobre la ingesta de vitaminas para el ganado resultaron ser exageradas; el equipo del proyecto cree que los suplementos podrían reducirse significativamente sin comprometer la seguridad o el bienestar de los animales.
Un impulso para la economía ecológica
Tamm destaca: «Creo que este proyecto ha avanzado mucho en la definición de los desafíos que plantean los insumos en la agricultura ecológica y en la identificación de posibles alternativas en términos de escalabilidad, coste y aceptación. Un éxito clave ha sido involucrar a los agricultores desde una fase temprana». Sin embargo, Tamm subraya la necesidad de una intervención política. Los prototipos fitosanitarios que sustituyen al cobre son más caros para los agricultores. El tiempo necesario para registrar los nuevos productos de producción de cultivos es también un obstáculo comercial que hay que abordar. Lo más positivo es que la dependencia de los antibióticos en el sector de la ganadería ecológica es mucho menor que en la agricultura convencional. Es más, las posibilidades identificadas por RELACS en todos los sectores de la agricultura ecológica pueden ahora aprovecharse y ayudar así a Europa a cumplir los ambiciosos objetivos de sostenibilidad contenidos en la Estrategia «De la Granja a la Mesa». «En este ámbito hay muchas oportunidades para las pymes», afirma Tamm. «La sustitución de estos insumos representa una enorme oportunidad de mercado para la economía ecológica».
Palabras clave
RELACS, ecológico, agricultura, agroecología, antibióticos, agricultores, economía ecológica
