¿Puede el aprendizaje de un idioma reducir la repercusión de la enfermedad de Alzheimer?
En general, se estima que alrededor del 10 % de las personas mayores de 65 años padecen la enfermedad de Alzheimer (EA), y esta prevalencia aumenta; hasta el 33 % de las personas mayores de 85 años se verán afectadas. Sin embargo, estamos aprendiendo más sobre el papel de lo que se conoce como reserva cognitiva (RC). «En general, la RC puede desarrollarse participando en actividades cognitivamente estimulantes. En concreto, un alto nivel educativo, labores que implican la toma de decisiones y la capacidad de juicio, el ejercicio físico, la interacción social, el aprendizaje de nuevas habilidades, como instrumentos musicales e idiomas, todo ello construye la RC», explica Jesús Cespón, investigador postdoctoral en el Basque Center on Cognition, Brain and Language. Cespón, cuyo trabajo en el proyecto BILINGUALPLAS contó con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, se interesó por este último factor. Y planteó la siguiente pregunta: «¿El bilingüismo refuerza el sistema cognitivo de tal manera que puede reducir la repercusión de la EA?».
Determinar la repercusión del bilingüismo en la reserva cognitiva
Los modelos teóricos afirman que hablar dos o más lenguas requiere una inhibición constante de la lengua no meta durante el tiempo que dura una conversación. Los individuos bilingües y multilingües cambian con frecuencia la atención de una lengua a otra para adaptar la lengua correcta a un contexto determinado. Al hacerlo cada día, entrenan sus neuropsicolog%C3%ADa (funciones ejecutivas). Esto se pone de manifiesto con un mejor rendimiento en ejercicios ejecutivos como las tareas de Simon y de Stroop. Para examinar en profundidad dicha relación, el proyecto reclutó a adultos de entre sesenta y ochenta años del área de San Sebastián, y los experimentos se llevaron a cabo en el laboratorio del centro. La primera sesión consistió en una evaluación neuropsicológica para estimar los niveles de RC y asegurarse de que estaban cognitivamente sanos. A continuación, los participantes asistieron a una segunda sesión para ejecutar dos tareas mientras se realizaba un electroencefalograma (EEG). A Cespón le interesaba registrar lo que ocurre en el encéfalo cuando se cambia de tarea, ya que imita el cambio que se produce en el encéfalo de una persona bilingüe cuando pasa de un idioma a otro. «Nuestros sujetos trabajaron en las tareas de Simon y las tareas de Stroop espacial. Ambos tipos de tareas se conocen como tareas de control ejecutivo y están diseñados para que supongan un reto, del mismo modo que conducir o ir de compras. Provocan respuestas contradictorias, y la capacidad de cambiar entre ambas y dar la respuesta correcta en determinados plazos revela información sobre los procesos cognitivos de una persona».
Más actividad encefálica en los sujetos con mayores reservas cognitivas
El proyecto descubrió que las personas con una RC alta realizaban la tarea con más precisión que aquellas con una RC más baja. «Los potenciales encefálicos relacionados con eventos analizados a partir de la señal del EEG mostraron un despliegue más rápido de los procesos cognitivos en los participantes con una RC alta frente aquellos con una RC baja», explica. Cespón también descubrió que el despliegue de la actividad encefálica era mayor en quienes tenían una RC alta en comparación con la baja, lo cual probablemente indica una mayor sincronización entre los sistemas neuronales.
La importancia de la participación pública y la difusión
Como ocurre con demasiada frecuencia, resultó difícil reclutar participantes. «Lo más importante es realizar actividades de participación pública porque, en general, las personas sienten curiosidad por la ciencia, pero no pueden participar en un experimento si no saben que existe», señala Cespón. «Me habían entrevistado en los periódicos y en la radio local, así que la gente sabía que estábamos investigando en ese ámbito», añade. El proyecto se vio afectado por la crisis de la COVID-19, ya que la edad de sus sujetos los situaba en la categoría de personas vulnerables, por lo que se están llevando a cabo nuevas investigaciones. «Reclutaremos a 160 adultos mayores, con edades comprendidas entre los 60 y los 80 años, y los dividiremos en cuatro grupos: con RC baja frente a RC alta, y monolingües frente a bilingües. Actualmente estamos recogiendo esa muestra para dar respuestas completas a las cuestiones planteadas por el proyecto BILINGUALPLAS», afirma.
Palabras clave
BILINGUALPLAS, bilingüismo, reserva cognitiva, enfermedad de Alzheimer, tareas de control ejecutivo