La comunicación científica: empoderar a los ciudadanos en el debate público de la ciencia
A medida que la complejidad del mundo actual aumenta, los ciudadanos europeos y del resto del mundo se ven obligados cada vez más a tomar decisiones que exigen una comprensión clara de la ciencia subyacente. Tomar decisiones fundamentadas sobre temas como el cambio climático, la energía, la COVID-19, los alimentos y las vacunas requiere un debate público basado en hechos que responda a las preocupaciones de los ciudadanos. Dos fenómenos concomitantes están detrás de la creciente necesidad de garantizar la calidad y la fiabilidad de la comunicación científica. En primer lugar, la disminución de recursos en el periodismo científico conlleva una reducción de la evaluación crítica y de la información científica. En segundo lugar, el crecimiento explosivo de los medios de comunicación en línea —un proceso denominado «infodemia» por las Naciones Unidas — ha permitido que la información científica llegue a un mayor público, pero a menudo sin la supervisión editorial y la verificación de datos típicas de los medios de comunicación tradicionales. La investigación realizada por el Eurobarómetro revela que los ciudadanos europeos tienen una opinión muy positiva sobre la ciencia y los científicos en general. Sin embargo, más de la mitad cree que los investigadores deberían interactuar más con el público y los responsables políticos. La Comisión Europea apoya una política de ciencia abierta, que se centra en difundir el conocimiento tan pronto como esté disponible. La comunicación científica es esencial para lograr este objetivo. En este Results Pack se presentan nueve proyectos que promueven ese objetivo. Ocho de ellos se financiaron por el programa Ciencia con y para la sociedad de Horizonte 2020. Esta financiación representa una inversión de casi 10 millones EUR a través de la convocatoria de propuestas «Evaluar y reexaminar el papel de la comunicación científica». El noveno proyecto, COALESCE, se financia a través de una convocatoria específica del programa Horizonte Europa y el Espacio Europeo de Investigación. En los proyectos se examinaron cuestiones como la calidad de la comunicación científica, la confianza en la ciencia y la mitigación de la difusión y la repercusión de la información errónea, la desinformación y las noticias falsas. Al reunir a periodistas y comunicadores científicos, investigadores, grupos de la sociedad civil, expertos de la industria y responsables políticos (la hélice quíntuple), han brindado formas innovadoras de abrir la ciencia a la sociedad. Cada uno de estos proyectos abordó un aspecto específico de la comunicación científica. La confianza en la ciencia es una cuestión fundamental para la resiliencia democrática y, por ello, los equipos de los proyectos CONCISE, ENJOI y TRESCA trabajaron para identificar cómo se puede fortalecer esta confianza y emplearla para defenderse de la información errónea. En los proyectos GlobalSCAPE y QUEST se llevaron a cabo estudios y se desarrollaron herramientas para comunicadores científicos a fin de proporcionarles instrumentos más eficaces. Los proyectos restantes se centraron en cómo lograr una mayor participación del público en las iniciativas de comunicación científica. En NEWSERA y ParCos se examinaron iniciativas dirigidas a implicar a los ciudadanos en el proceso científico a través de seminarios participativos, mientras que en RETHINK se estudió cómo debería evolucionar la comunicación científica en respuesta a una sociedad cada vez más digital. Además de sus éxitos individuales, los proyectos pusieron de manifiesto una colaboración ejemplar, ya que sus equipos trabajaron juntos para aprovechar las oportunidades y afrontar los obstáculos de la pandemia y presentar una publicación conjunta con sus hallazgos. Sobre la base de todas estas iniciativas, en el proyecto COALESCE, financiado con fondos europeos, se trabaja para crear un Centro Europeo de Competencia para la Comunicación Científica. Un público bien informado constituye la base de una sociedad libre. A través de una mejor comunicación científica, se puede aumentar la calidad y la eficacia de las interacciones entre los científicos, los medios de comunicación generalistas y el público, así como construir democracias más resilientes.