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Observation and Modelling of Radiocarbon in Atmospheric Methane for Methane Source Identification

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Una innovación relacionada con el radiocarbono revela las fuentes de emisión de metano

Para tomar medidas eficaces contra el cambio climático, necesitamos saber de dónde proceden nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. A fin de abordar esta cuestión, un proyecto pionero financiado con fondos europeos ha creado nuevos métodos para determinar el origen del metano de la atmósfera.

Las emisiones de gases de efecto invernadero son la principal causa del cambio climático y el metano es el segundo factor más importante después del dióxido de carbono (CO2). «La presencia de metano en la atmósfera es tanto natural como provocada por las personas», explica Heather Graven, coordinadora del proyecto METHID, del Imperial College de Londres (Reino Unido). «Las principales fuentes antropogénicas de emisiones de metano son la agricultura, los vertederos y la industria de los combustibles fósiles». La concentración de emisiones de metano se ha más que duplicado desde el inicio de la revolución industrial. Para reducir el calentamiento provocado por el metano, la Unión Europea, y más de cien países, se ha adherido al Compromiso Mundial de Reducción de Emisiones de Metano. Este compromiso promete reducir las emisiones mundiales de metano en por lo menos un 30 % de aquí a 2030.

Medición de las emisiones de metano

Sin embargo, a fin de evaluar tales objetivos, los científicos necesitan poder medir con precisión la cantidad de metano presente en la atmósfera. Y, para emprender acciones concretas, necesitamos poder atribuir las emisiones de metano a fuentes específicas. Graven explica: «Existen diferentes formas de estimar las emisiones de metano de distintas fuentes. Para estimar las emisiones totales de las vacas, podemos contar el número de vacas y multiplicarlo por la cantidad de metano que pensamos que emite cada una. Y podemos hacer lo mismo con todos los tipos de fuentes. El problema es que cuando contamos todas estas estimaciones tendemos a acabar con demasiado metano». Además, los científicos toman mediciones atmosféricas de forma rutinaria para medir las concentraciones de metano. Ahora bien, tan solo medir la concentración de metano no nos ofrece necesariamente una imagen clara sobre la procedencia de estas emisiones.

Identificación de las fuentes de las emisiones

En el proyecto METHID, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, se trató de idear nuevas formas de recoger muestras del metano atmosférico, así como de determinar la fuente específica de las emisiones mediante el uso de mediciones de radiocarbono. Graven añade: «El procedimiento suele consistir en recoger cientos de litros de aire a fin de obtener suficiente metano para las mediciones de radiocarbono. Pero es difícil recoger y transportar tales volúmenes de aire, por lo que no se han hecho muchas mediciones». En lugar de esto, Graven y su equipo establecieron una nueva forma de extraer metano directamente del aire. Se oxida el metano, se atrapa en un material de tamiz molecular y, posteriormente, se transporta fácilmente al laboratorio del radiocarbono. «El radiocarbono nos ayuda a distinguir los distintos tipos de fuentes de metano. Los combustibles fósiles son tan antiguos que todo el radiocarbono, que es la forma radiactiva del carbono con un tiempo de semivida de 5 700 años, ya hace tiempo que se ha descompuesto», explica Graven. Lo que implica esto es que, si se miden grandes cantidades de radiocarbono, predominan las fuentes biogénicas como los vertederos y la agricultura, mientras que, si se miden cantidades menores de radiocarbono, las fuentes son combustibles fósiles, como las fugas de gas natural.

Estrategias de mitigación eficaces

Graven y su equipo encontraron más metano de origen fósil en las muestras recogidas encima del techo de su laboratorio de lo que esperaban. Esto sugiere que la fuga de gas natural desde Londres es mayor de lo que se pensaba anteriormente. «A fin de establecer estrategias de mitigación eficaces, necesitamos tener una idea más precisa sobre dónde debemos concentrar nuestros esfuerzos», señala Graven. En este aspecto es en el que el proyecto METHID puede hacer una contribución verdaderamente valiosa para las futuras estrategias climáticas. Como próximo paso, Graven y su equipo cambiarán el enfoque de la fuente al sumidero: prevén utilizar su método pionero para medir el radiocarbono en el monóxido de carbono, lo cual ayuda a comprender las reacciones químicas que eliminan el metano de la atmósfera.

Palabras clave

METHID, metano, emisiones, gases de efecto invernadero, atmósfera, radiocarbono, dióxido de carbono

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