Una investigación sobre bebés esclarece el desarrollo del razonamiento humano
La racionalidad humana provoca que nuestras acciones se correspondan en gran medida con nuestras creencias y que nuestras creencias sean acordes con nuestro razonamiento. Por ejemplo, un consumidor racional podría optar por un producto orgánico cultivado de forma local, aunque resulte más caro, por sus convicciones ecologistas. El modo en que el ser humano desarrolla el pensamiento racional, sin embargo, sigue siendo un tema polémico. El análisis del desarrollo de nuestra capacidad de razonamiento durante la infancia podría ayudarnos a comprender mejor cómo construimos los componentes básicos de nuestro razonamiento adulto. «En los primeros años de vida, los niños se enfrentan a una serie de situaciones completamente nuevas para ellos», explica el coordinador del proyecto PreLog, Ernő Téglás, de la Universidad de Europa Central (Hungría). «Tal como la ciencia depende de nuestra capacidad de razonar lógicamente, consideramos que incluso las formas más sencillas de inferencias lógicas podrían reforzar la resolución de problemas temprana y orientar el razonamiento y el aprendizaje».
Racionalidad en bebés
El proyecto PreLog, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, se propuso explorar los orígenes de la racionalidad humana analizando la naturaleza de las capacidades de inferencia de los bebés en fase preverbal. Para empezar, el proyecto se centró en identificar los llamados conceptos primitivos lógicos en los niños pequeños. El equipo quería comprender la función que podrían desempeñar estas nociones lógicas tempranas en el desarrollo del razonamiento. Para estudiar estas cuestiones, a menudo recurrieron a técnicas nuevas. Por ejemplo, el proyecto llevó a cabo estudios pupilométricos observando la dilatación de la pupila de los niños en respuesta a diversos estímulos. «Aunque la pupilometría está sobradamente asentada en la investigación con adultos, es una técnica relativamente nueva en experimentos con niños», añade Téglás. En un estudio, mostraron a los niños animaciones de vídeo sencillas donde tres objetos diferentes con la parte superior idéntica se movían detrás de biombos. Cuando el objeto observado sobresalía y solo mostraba la parte superior, podía corresponderse con un número variable de posibles identidades. Téglás y su equipo demostraron que los niños de catorce meses de edad eran capaces de representar múltiples posibilidades alternativas al mismo tiempo. Esto respalda la teoría de que las condiciones previas necesarias para las inferencias disyuntivas ya están presentes a una edad temprana. «Los objetos ambiguos, compatibles con múltiples identidades posibles, activaban una mayor dilatación de la pupila», explica. «Este nuevo enfoque nos ayudó a encontrar, posiblemente, los primeros indicios de conceptos modales antes del desarrollo del lenguaje». Téglás y su equipo también documentaron las capacidades lógicas de aparición temprana, como la inferencia disyuntiva, utilizando una vez más la pupilometría y otras técnicas. La inferencia disyuntiva es el medio que empleamos para eliminar alternativas: «A o B; si no es A, entonces es B». Los resultados del proyecto sugieren que esta importante forma de inferencia lógica ya forma parte del repertorio de los niños con doce meses de edad. «Cabe destacar que nuestros estudios desvelaron un sistema relativamente flexible», comenta Téglás. «Las inferencias se apoyan en una estructura que puede provocar que las conclusiones se integren con otros procesos».
Los orígenes del razonamiento humano
PreLog ha impulsado una mejor comprensión de los orígenes y el desarrollo del razonamiento humano. Según Téglás, este trabajo puede considerarse parte de una nueva disciplina emergente en la investigación sobre la cognición en los niños pequeños. «Cada vez más laboratorios investigan las bases de las capacidades lógicas», señala. «Para comprender mejor los orígenes del pensamiento compositivo, sin embargo, debemos ser capaces de documentar los cambios en el desarrollo entre la infancia y la edad adulta». Téglás considera que, lógicamente, se trata del siguiente paso. «Investigar la presencia de estas capacidades en animales no humanos nos permitirá definir mejor esta visión», concluye. «La identificación de los precursores de las capacidades lógicas humanas puede desvelar no solo los componentes básicos de la racionalidad humana, sino también los orígenes de los sesgos y los errores».
Palabras clave
PreLog, verbal, bebés, razonamiento, racionalidad, cognición, pupilométrico