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Tracing carbon exchanges/fluxes between Arctic and Atlantic basins

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Rastreo de una de las principales exportaciones del Ártico: el carbono oceánico

Además de la crecida de los ríos y del deshielo del permafrost y el hielo marino, el cambio climático probablemente causará estragos en el ciclo del carbono ártico. Un proyecto financiado con fondos europeos está estudiando nuevos métodos para rastrear el carbono desde el Ártico hasta el océano Atlántico y valorar el impacto de esas dinámicas.

Los compuestos orgánicos que dejan atrás los seres vivos llenan las cuencas oceánicas y forman una de las mayores reservas de carbono de la Tierra. Los cambios en su concentración y distribución podrían afectar considerablemente al ciclo del carbono mundial, que regula nuestro clima. El océano Ártico, rodeado por grandes masas de tierra, contiene abundantes compuestos de este tipo. Gran parte de este carbono se exporta al Atlántico Norte a través del estrecho de Fram, situado entre Groenlandia y Spitsbergen. La subida de las temperaturas en la región del Ártico probablemente aumente la entrada de carbono: el deshielo del permafrost podría liberar grandes cantidades de carbono del suelo ártico, que contiene el 50 % del carbono del suelo mundial. El proyecto CarbEx (Tracing carbon exchanges/fluxes between Arctic and Atlantic basins), emprendido con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, se propuso medir y comprender la dinámica del flujo de carbono del Ártico.

Detección de futuros cambios

«El océano Ártico recibe una cantidad desproporcionadamente alta de materia orgánica disuelta en comparación con otros océanos porque está rodeado de grandes ríos árticos», explica el anfitrión del proyecto CarbEx, Colin Stedmon. Junto con su equipo del Instituto Nacional de Recursos Acuáticos de la Universidad Técnica de Dinamarca, entidad anfitriona del proyecto, y en estrecha colaboración con el Observatorio de flujos de salida del Ártico por el estrecho de Fram, desarrolló un método para rastrear el carbono orgánico disuelto a través del estrecho de Fram, el paso entre Groenlandia y Svalbard. El nuevo enfoque propuesto por el equipo de CarbEx utiliza datos recopilados en los amarres del estrecho para cuantificar las exportaciones de carbono del Ártico. El objetivo es combinar estos datos con mediciones de observaciones de la Tierra por satélite. Al determinar la relación entre las propiedades ópticas del carbono (cómo absorben y emiten luz las moléculas) y el origen del agua observada en la superficie del océano Ártico, lograron desarrollar un algoritmo capaz de detectar fluctuaciones estacionales y anuales en las exportaciones de carbono ártico, y fijar una línea de referencia para detectar futuros cambios. «Ahora disponemos de un enfoque para cuantificar cómo varían las exportaciones de carbono de un año a otro», comenta Rafael Gonçalves-Araujo, investigador principal de CarbEx. «Esperamos observar cambios significativos en los flujos del Ártico al océano Atlántico en los próximos años, a medida que aumentan la temperatura del Ártico, la aportación del agua de deshielo y el suministro de materia orgánica disuelta a través de los ríos».

Nuevas perspectivas

Una de las principales ventajas de este nuevo método es que las exportaciones de carbono pueden estimarse sobre la base de los datos obtenidos de plataformas que no están centradas específicamente en las propiedades biogeoquímicas, lo cual ofrece nuevas perspectivas para mejorar nuestra comprensión del ciclo del carbono ártico. Los investigadores también utilizaron los llamados perfiladores asociados al hielo para obtener información sobre los orígenes y la circulación de las aguas superficiales del Ártico. «Esas plataformas autónomas pueden proporcionar mediciones continuas, bajo el hielo y en regiones muy remotas, como el océano Ártico», señala Stedmon. Este enfoque podría usarse asimismo para diferenciar las aportaciones del agua dulce del derretimiento del hielo marino, los caudales fluviales y el océano Pacífico. Los datos recopilados mediante CarbEx seguirán actualizándose a través de programas de observación y proyectos de investigación noruegos y daneses, lo que contribuirá a documentar los cambios futuros en las exportaciones de carbono ártico. «Además, estamos analizando los datos para valorar si la composición de la materia orgánica disuelta cambia en función de las variaciones en la circulación ártica general producidas por el cambio climático», concluye Gonçalves-Araujo.

Palabras clave

CarbEx, Ártico, materia orgánica disuelta, compuestos orgánicos, reservas de carbono, océano Ártico, carbono orgánico disuelto, estrecho de Fram

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