Un conjunto de herramientas para la integración: hacer que la diferenciación funcione para la Unión Europea
La integración diferenciada otorga flexibilidad a los Estados miembros en cuanto a la velocidad y el alcance con el que adoptan algunas políticas de la UE, lo cual facilita su transición a la entrada en el bloque. Conocida como geometría variable, la Europa «de distintas velocidades» o la Europa «a la carta», la diferenciación puede adoptar distintas formas y a menudo ha resultado polémica. ¿La diferenciación impulsa verdaderamente una mayor integración o no consigue refutar suficientemente a los Estados recalcitrantes? Para aportar nueva información a este debate polarizado, el proyecto financiado con fondos europeos EU IDEA (EU Integration and Differentiation for Effectiveness and Accountability) está determinando cómo la diferenciación puede contribuir mejor a aumentar la eficacia, la cohesión y la democracia de la UE. «La diferenciación ha sido vista, o bien como un veneno, o bien como una panacea para la UE. En realidad, no es ninguna de las dos cosas», comenta Nicoletta Pirozzi, responsable del programa UE, Política e Instituciones en el Instituto de Asuntos Internacionales (IAI) de Italia, que lidera el proyecto. «Resulta más útil ver la diferenciación como un conjunto de herramientas para conciliar la diversidad, ya sea a través de grandes proyectos a largo plazo, como la unión económica y monetaria, o a través de medios flexibles para afrontar crisis y divergencias políticas». La diferenciación no es integradora ni desintegradora por naturaleza, explica Pirozzi: «Será lo que los Estados miembros y organismos de la UE hagan de ella. Por lo tanto, entraña oportunidades y también riesgos, los cuales EU IDEA se propone revelar y evaluar». Para ello, EU IDEA se centra en las formas políticas y organizativas de la diferenciación mediante el estudio de los procesos que dan lugar a distintas modalidades de diferenciación, así como su puesta en práctica.
Valores comunes
El equipo del proyecto trata de identificar qué grado y forma de diferenciación son propicios para la integración europea y cuándo debería evitarse la diferenciación para prevenir incoherencias, tensiones políticas y desintegración. Este ejercicio les permitirá establecer objetivos y criterios claros para la participación de los países en proyectos de integración diferenciados. Además, examinarán el papel de las instituciones de la UE en este contexto y propondrán estrategias para mejorar la participación ciudadana. La diferenciación ha formado parte de los modos de acción de la UE desde los inicios del bloque. Uno de los ejemplos más recientes es la unión bancaria, iniciada en 2012 como respuesta a la crisis financiera. El Mecanismo Único de Supervisión, que inicialmente se limitó a la zona del euro, se ha ampliado desde entonces a los países de fuera de la zona del euro de Bulgaria y Croacia, a petición suya. En el ámbito de la política exterior y de seguridad, los países de la UE hace tiempo que participan en una serie de prácticas informales de diferenciación, como las agrupaciones regionales, los grupos de contacto y los grupos directores, así como en distintas iniciativas de defensa. «Cuando ha respetado los valores y las posturas comunes de la UE, la cooperación diferenciada ha tenido unos resultados muy positivos», señala Pirozzi citando el caso de las negociaciones nucleares con Irán como ejemplo concreto.
Seguir siendo relevantes después del «Brexit»
La diferenciación posee asimismo una dimensión externa: la aplicación extensiva de las normas, políticas y modos de cooperación de la UE a terceros países. El «Brexit» representa un fenómeno completamente nuevo en este contexto. «El “Brexit” repercute claramente en los modos de diferenciación existentes. Determinamos, a través de un Observatorio sobre el “Brexit” específico, que su realidad sugiere un enfoque de línea más dura sobre los países miembros y no miembros, al enviarles a ambos el mensaje de que la pertenencia a la UE importa», destaca Pirozzi. Los hallazgos del proyecto sugieren que la UE necesita poner de relieve su papel como marco pertinente para abordar retos mundiales que no podrían abordarse de manera eficaz a escala nacional, concluye.
Palabras clave
EU IDEA, diferenciación, geometría variable, Europa de distintas velocidades, Europa a la carta, integración, desintegración, diversidad, unión bancaria, Brexit