Prácticas educativas para formar a la nueva generación de agentes de cambio
Los sistemas educativos europeos se han enfrentado recientemente a varios retos —entre los que destacan la digitalización, la austeridad económica y la pandemia de COVID-19— para ofrecer a los jóvenes las competencias de empleabilidad adecuadas a fin de reducir la pobreza y la exclusión social. Si bien es difícil predecir las competencias necesarias, las fuerzas socioeconómicas indican que el espíritu empresarial, la innovación, la creatividad, la resolución de problemas, la comunicación y el trabajo en equipo serán fundamentales. Sabedor de que los cambios educativos deben sustentarse en nuevas formas de enseñar y aprender, el equipo del proyecto NEMESIS (Novel Educational Model Enabling Social Innovation Skills development), financiado con fondos europeos, desarrolló un modelo de competencias de innovación social para ayudar a los jóvenes a convertirse en agentes de cambio. La metodología es participativa y capitaliza las tecnologías abiertas para mejorar el acceso a la educación. «Nuestro método, basado en un análisis de necesidades realizado junto con maestros, incluye herramientas y materiales prácticos de aprendizaje para introducir la innovación social en el plan de estudios —comenta Aristidis Protopsaltis, coordinador del proyecto—. Después de su evaluación en condiciones reales, ha demostrado ser eficaz para apoyar las competencias necesarias para formar a ciudadanos productivos y comprometidos».
Competencias, contenidos y colaboración
En el proyecto NEMESIS se desarrolló un marco de trece competencias necesarias para la innovación social, que se dividen en tres categorías interrelacionadas: identificar oportunidades para crear valor social; establecer colaboraciones y crear relaciones para la transformación; y emprender acciones concretas. «Nuestro método nos permitió desarrollar proyectos con estudiantes a través de “laboratorios de creación conjunta”, que contaron con la participación de más de cien profesionales de innovación social que representaban a una amplia gama de partes interesadas, incluidas organizaciones sin ánimo de lucro, autoridades locales, empresas, escuelas, universidades y asociaciones de padres», comenta Protopsaltis de la Universidad Friedrich–Alexander de Erlangen-Núremberg, entidad coordinadora del proyecto. Con la ayuda de los miembros del consorcio, incluidos los profesionales de innovación social, el proyecto desarrolló una Plataforma abierta de aprendizaje de innovación social para ofrecer un espacio de trabajo de innovación social seguro para la colaboración en proyectos y la generación de contenidos. Los participantes trabajan a través de proyectos o «laboratorios» creados por profesores y estudiantes y emplean herramientas de autoría para crear conjuntamente recursos como, por ejemplo, módulos de aprendizaje y «wikis». Los conocimientos y los documentos pueden compartirse mediante un sistema de correo interno y una función de calendario. Los estudiantes pueden contactar con profesionales de innovación social relevantes para sus proyectos a fin de obtener asesoramiento y contribuir a la comunidad de aprendizaje en línea mediante la creación de activos digitales, como vídeos de grandes logros. La plataforma depende del ILIAS Open Source Learning Management System y utiliza una licencia pública general gratuita. Hasta la fecha, ha acogido a unos trescientos participantes.
Indicadores del éxito
En el primer año de prueba, participaron ocho escuelas (una combinación de centros de educación primaria y secundaria) de cinco países (España, Francia, Grecia, Portugal y el Reino Unido) que desarrollaron dieciocho proyectos. Las escuelas también crearon catorce historias digitales, que se subieron y se compartieron a través de la plataforma. Un ejemplo de proyecto es el proyecto LEAF Center del Reino Unido, cuyo objetivo es renovar la antigua casa del conserje en la escuela Rockingham Junior and Infant. Todos los integrantes de la escuela, junto con representantes de la policía, la asamblea municipal, la iglesia y los padres, trabajan junto con un arquitecto para rediseñar el edificio y adaptarlo a las necesidades de los estudiantes. En este sentido, ya se ha obtenido financiación para iniciar las obras. Por desgracia, el segundo año de prueba, que comenzó con la participación de aproximadamente cincuenta escuelas y más de cinco mil estudiantes involucrados directa o indirectamente, se ha retrasado debido a la pandemia. «Esto nos obligó a priorizar los aspectos en línea de los laboratorios de creación conjunta e introducir nuevos elementos del proyecto, como un juego serio sobre la innovación social y los objetivos de desarrollo sostenible, así como un curso masivo abierto en línea para la formación de profesores», añade Protopsaltis. El modelo de NEMESIS podría ayudar a animar a los jóvenes a poner en marcha nuevas empresas, organizaciones del sector terciario o iniciativas comunitarias, que favorecerían el empleo juvenil y ayudarían a crear una economía más equitativa y sostenible. El equipo del proyecto ya está ampliando el método de NEMESIS a diferentes áreas educativas, grados y áreas geográficas, por ejemplo el proyecto BUFSIE en la educación superior y css-project.eu (Change Shaping Schools) en centros de educación primaria y secundaria, mientras que distintos Laboratorios de Innovación Social y Cultural están involucrando al sector cultural y creativo para fomentar la capacidad de arte digital en las escuelas.
Palabras clave
NEMESIS, educación, agente de cambio, innovación social, emprendedor, competencias, empleo, jóvenes
