Una red de sensores para reducir el riesgo de contaminación del agua del grifo
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) afirma que el 38 % de las masas de agua de la Unión Europea están sometidas a mucha presión por parte de la contaminación agrícola. Por supuesto, la mayoría de las regiones europeas tienen en marcha un sistema para evitar que la contaminación llegue al agua del grifo: los agricultores deben llevar un registro de su uso de plaguicidas y se toman muestras en ubicaciones críticas de forma regular. Pero, ¿y si se contaminara entre esos muestreos? La cruda realidad es que, en 2021, las personas siguen enfermando por beber agua del grifo y esto le cuesta a la sociedad cerca de 220 millones de euros al año. «En nuestra opinión, la solución es proporcionar una herramienta que pueda tomar muestras continuamente gracias a una densa red en malla de sensores», señala Lars Krangnes, director tecnológico en Cautus Geo y coordinador del proyecto CoPs (Continuous hazardous water Pollutants sensing in the environment). «Con una red así, podemos cuantificar la contaminación, identificar qué contaminantes hay presentes, localizar la fuente de la contaminación, determinar hacia dónde ha ido e investigar si es un problema persistente. Es la mejor forma de reducir la contaminación química y evitar brotes». Los tres socios del proyecto CoPs desarrollaron con éxito esta solución combinando sus respectivos conocimientos en sensores electroquímicos revolucionarios, electrónica miniaturizada y «hardware» y «software» de vigilancia geotécnica. El sistema resultante rastrear la huella única de los productos químicos presentes en plaguicidas y fertilizantes: registra estas señales en condiciones controladas antes de estudiar las variaciones en el medio ambiente. «Los sensores son centrales en el sistema y han sido específicamente diseñados para cada producto químico de interés y poder identificarlo en solo segundos o minutos. El sistema también incluye un nuevo tipo de registrador de datos que controla y alimenta los sensores a la vez que envía datos a un sistema en la nube para su posterior procesamiento y la presentación de los resultados. Hemos utilizado la tecnología más avanzada de redes de internet de las cosas para crear una solución completa, inteligente y fácil de utilizar», explica Krangnes. El sistema también es respetuoso con el medio ambiente. Al contrario que otros productos en el mercado, no necesita reactivos químicos y, por lo tanto, no genera residuos químicos.
¿Lanzamiento en 2022?
Ahora que el sistema es operativo, los socios del proyecto han estado centrándose en su optimización. Sobre todo, han estado trabajando para aumentar la vida útil del sensor, de manera que los futuros clientes puedan usar el sistema con un mantenimiento mínimo. «Estamos trabajando en el prototipo de tercera generación y aspiramos a realizar una prueba sobre el terreno en el verano de 2021. Cuando eso ya esté hecho, necesitaremos seis meses para recopilar comentarios de los usuarios y prepararnos para el primer lanzamiento», añade Krangnes. La solución de CoPs fue ampliamente comprobado en el laboratorio para validar los resultados y obtener el mejor rendimiento posible. «Es un proceso muy importante. Por ejemplo, parte de la solución de CoPs va sumergida y contiene dispositivos electrónicos muy sensibles y piezas de detección. Una simple filtración de agua podría provocar daños en el sistema. Para evitar que eso suceda, debemos probar el sistema a una presión mayor para la que está concebido a fin de garantizar que el diseño soportará condiciones extremas y que el cliente no tendrá problemas», concluye Krangnes. Ahora que está hecho, el equipo pretende poner en marcha prototipos de una versión beta para análisis a gran escala en entornos relevantes.
Palabras clave
CoPs, sensores, agua del grifo, contaminación, vigilancia, nube