Impulsar el futuro de la aviación
A pesar de que el transporte aéreo es un sector muy difícil de descarbonizar, este es un paso importante para alcanzar los ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de la Unión Europea. Una herramienta fundamental en este desafío es el desarrollo de combustibles sostenibles para la aviación (SAF, por sus siglas en inglés), fabricados a partir de aceite de cocina usado, residuos forestales, residuos domésticos, cultivos energéticos de crecimiento rápido y otras fuentes sostenibles. «Uno de los principales objetivos es la reducción de emisiones de CO2 y otros gases, ya que estos contribuyen enormemente al impacto de la aviación sobre el clima —explica Bastian Rauch, coordinador del proyecto JETSCREEN del Centro Aeroespacial Alemán—. Los combustibles sostenibles para la aviación ofrecen una manera eficaz de mitigar los efectos sobre el clima y mejorar la calidad del aire local». Los precios de los SAF siguen siendo altos en comparación con los combustibles convencionales. Existe un suministro finito de materias primas sostenibles, y garantizar la seguridad de estos nuevos combustibles requiere un proceso de evaluación detallado y caro. El objetivo del proyecto JETSCREEN era desarrollar herramientas que respaldasen la aprobación rápida y rentable de nuevos combustibles producidos a partir de una amplia gama de materias primas. Esto ayudará al sector a avanzar hacia una mayor sostenibilidad. «En la actualidad, es necesario invertir unas cantidades de tiempo y dinero considerables para respaldar nuevos combustibles a través de los procesos de normalización internacional», señala Rauch.
En pro de la sostenibilidad
El proyecto empezó estableciendo un marco de conocimientos detallados de la física y la química subyacentes al comportamiento de los combustibles. Se estudió y, posteriormente, se evaluó el efecto de diferentes combustibles sobre los sistemas de aviación y los motores a reacción. Este trabajo de colaboración condujo al desarrollo de herramientas de diseño avanzadas que registraban el comportamiento de los combustibles con precisión, así como de una plataforma de cribado de combustibles. Se recopilaron datos técnicos de forma sistemática para explorar los posibles riesgos y beneficios relacionados con el uso de SAF. Rauch afirma: «Desarrollamos un conjunto amplio de herramientas de modelización capaces de predecir el comportamiento de los combustibles a partir de la información sobre la composición de los combustibles únicamente. Ahora, estas herramientas se pueden usar para hacer un cribado y una evaluación rápidas de los nuevos posibles combustibles, y para respaldar el diseño de aeronaves y motores a reacción optimizados para esos combustibles».
Impulsar la innovación
Durante el proyecto, JETSCREEN prestó servicios de preselección a cinco productores de combustible innovadores. Gracias a los comentarios proporcionados en las fases iniciales, incluso fue posible mejorar enormemente los combustibles que, en un primer momento, no satisfacían los requisitos aeronáuticos en cuestión de meses, convirtiéndose así en candidatos SAF viables. Rauch confía en que las herramientas de preselección desarrolladas en el marco del proyecto ayudarán a facilitar el desarrollo y la aprobación de nuevas rutas de producción de combustibles sostenibles. El consorcio de JETSCREEN ha colaborado de forma estrecha con el programa nacional de combustión de carburorreactores de los Estados Unidos (NJFCP, por sus siglas en inglés) para armonizar y seguir elaborando métodos de preselección de combustibles que respalden los esfuerzos en I+D innovadores. «Ahora, la metodología resultante puede usarse antes de evaluar formalmente un combustible —añade Rauch—. Esto ofrece a los productores de combustibles una información rápida y precisa sobre la idoneidad y el potencial de mejora de los posibles combustibles. La reducción de riesgos en esta etapa inicial crítica debería fomentar las inversiones en tecnologías innovadoras de producción de combustibles». El proyecto JETSCREEN consiguió demostrar que los combustibles sin compuestos aromáticos —es decir, sin compuestos hidrocarburos que se añaden para mejorar el rendimiento— pueden reducir hasta un 80 % las emisiones de partículas no volátiles. Si se cambiasen las especificaciones para permitir estos combustibles, la calidad del aire de los aeropuertos mejoraría de inmediato y se reduciría considerablemente el impacto sobre el clima de otros gases distintos al CO2 procedentes de la aviación. Además, el equipo de Rauch desarrolló nuevos experimentos para examinar el rendimiento de estos combustibles menos aromáticos. «Esto nos ayudará a comprender el impacto de dichos combustibles sobre las aeronaves existentes y nos permitirá diseñar las aeronaves del futuro optimizadas para SAF», señala.
Palabras clave
JETSCREEN, combustible, SAF, sostenible, aviación, aeronave, CO2, emisiones, clima, transporte, compuestos aromáticos
