La utilidad del estiércol en los hogares de la antigüedad
Hace unos doce mil años, la humanidad empezó a practicar la agricultura. Empezó con la domesticación de plantas y animales y, quizás más importante, con el aprendizaje del uso de subproductos como la leche, la lana e incluso el estiércol. «El estiércol es un material valioso que se utiliza como fertilizante, combustible y para la construcción», dice Shira Gur-Arieh, una beneficiaria de una beca postdoctoral Marie Skłodowska-Curie en el grupo Cultura y Dinámicas Socioecológicas de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). «Pero a diferencia de otros subproductos, la comunidad arqueológica ha ignorado en gran medida el uso del estiércol, especialmente en la construcción». Según Gur-Arieh, saber cómo se usaba el estiércol es clave para comprender la relación de los humanos con los animales, las prácticas de subsistencia, el uso de la tecnología y el impacto en el entorno. «Proporciona información sobre prácticas socioculturales, gestión de recursos y estrategias de adaptación —explica—. Todo esto es especialmente importante cuando se trata de explorar el uso del estiércol en los albores de la domesticación y la posterior aparición de sociedades más complejas». Gur-Arieh cuenta con el apoyo del proyecto financiado con fondos europeos MapDung para explorar los primeros usos del estiércol en la construcción como indicador para comprender las relaciones entre humanos, animales y medio ambiente.
Descubriendo datos de un valor inestimable
La investigación de Gur-Arieh tuvo una faceta experimental y otra arqueológica. En la primera utilizó condiciones controladas para estudiar el proceso de formación antes y después de la deposición del estiércol cuando se usa como enlucido para el suelo y desgrasante en alfarería. «Al poner el material bajo el microscopio identificamos y diferenciamos algunos de los procesos de preparación —señala Gur-Arieh—. «La ventaja de este tipo de trabajo experimental es que se puede utilizar para ayudar a los investigadores a identificar aspectos tecnológicos del sector de la construcción en el registro arqueológico». En cuanto a la faceta arqueológica, los investigadores utilizaron un método multiproxy para mejorar la identificación del estiércol, sobre todo cuando se utiliza como material de construcción en suelos y muros. Los investigadores debieron realizar trabajos de campo para tomar muestras y analizaron el estiércol de cuatro yacimientos: Sharara en Jordania, Motza y Tel Tsaf en Israel, y Çatalhöyük en Turquía. Lo que encontraron fue una ausencia de uso de estiércol en Sharara, una posible evidencia de su uso en el yacimiento de Motza y una clara evidencia de su empleo en Çatalhöyük y Tel Tsaf. «Creemos que el estiércol utilizado para la construcción en Çatalhöyük y Tel Tsaf está bien conservado debido al ambiente árido de los emplazamientos», indica Marco Madella, investigador de la UPF que también participó en el estudio. «Estos hallazgos, que se suman al corpus de yacimientos arqueológicos donde se ha estudiado y considerado el uso de estiércol, aportan datos de un valor incalculable a lo que era, hasta hace poco, un tema casi inexplorado», indica Gur-Arieh.
La clave para construir sociedades agrícolas
El proyecto logró destacar el papel esencial que desempeñaba el estiércol, y que a menudo sigue desempeñando, en la capacidad de los seres humanos para adaptarse a su entorno. «Cuando los humanos se asientan permanentemente, acaban por agotar el suministro de madera para combustible y su tierra se vuelve improductiva sin el fertilizante adecuado —concluye Gur-Arieh—. Sin el estiércol, que puede usarse como combustible, fertilizante y material de construcción, los humanos nunca hubieran podido establecer una civilización agrícola».
Palabras clave
MapDung, estiércol, investigación arqueológica, prácticas socioculturales, domesticación