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LAND Management: Assessment, Research, Knowledge base

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Un marco de gestión del suelo para la producción sostenible de alimentos

El equipo del proyecto LANDMARK, guiado por las múltiples, complejas y, en ocasiones, contradictorias demandas impuestas a los suelos, trabajó con las partes interesadas, desde los agricultores hasta los responsables políticos, para desarrollar herramientas de gestión sostenible del suelo.

El proyecto financiado con fondos europeos LANDMARK (LAND Management: Assessment, Research, Knowledge base) estableció un consorcio paneuropeo, formado por destacados institutos de investigación académica y aplicada, cámaras agrarias y responsables políticos, cuyo objetivo era desarrollar un marco para la gestión del suelo a fin de respaldar una producción sostenible de alimentos en Europa. «Nuestro enfoque funcional considera los suelos como un recurso administrado por los agricultores que no solo proporciona alimentos, sino también servicios ecosistémicos para la humanidad», comenta la coordinadora del proyecto Rachel Creamer, de la Universidad de Wageningen, la entidad anfitriona del proyecto.

El Soil Navigator

Tras una revisión bibliográfica, consultas con las partes interesadas y análisis de datos, los expertos del proyecto desarrollaron modelos científicos de las funciones del suelo para comprender mejor cómo responden los suelos a prácticas de gestión diferentes en condiciones climáticas dispares. Esto dio lugar al desarrollo de www.soilnavigator.eu («Soil Navigator»), una herramienta empleada para evaluar medidas prácticas y rentables para una gestión del suelo más sostenible y específica para cada contexto. Los usuarios introducen datos del suelo, recopilados a partir de muestreos y análisis de campo y, a continuación, el sistema evalúa la capacidad actual en relación con las funciones clave del suelo, a saber: productividad primaria; filtrado y purificación de agua; gestión del carbono y regulación del clima; provisión de hábitats de biodiversidad; y suministro y ciclo de nutrientes. A cada función se le asigna una puntuación —alta, media o baja— a partir de los datos. Seguidamente, los usuarios seleccionan las capacidades que desean mejorar y, después, el sistema les recomienda soluciones.

El plan de vigilancia

El equipo utilizó Soil Navigator para desarrollar un plan de vigilancia. La herramienta se empleó en noventa y cuatro emplazamientos participantes de trece países europeos que abarcan dos tipos de uso del suelo (arable y pastos) y cinco regiones climáticas: alpina meridional, atlántica, continental, mediterránea septentrional y panónica. «Muchos emplazamientos obtuvieron puntuaciones altas para dos o tres funciones del suelo, lo que demuestra que la gestión de la multifuncionalidad no solo es posible, sino que ya es bastante común —explica Creamer—. Aunque sería inusual que todas las funciones presentaran un rendimiento óptimo, lograr tres de cinco a escala de campo implicaría que todas las funciones están incluidas a una escala mayor». Las conversaciones con los agricultores sobre las prácticas de gestión llevadas a cabo en sus tierras permitieron identificar las mejores funciones relevantes para ellos que permitirían un rendimiento satisfactorio. A partir de estos emplazamientos, el equipo identificó asimismo compromisos y sinergias. «Descubrimos que los compromisos y las sinergias variaban según la región climática de estos sistemas de gestión y su uso del suelo —agrega Creamer—. Por ejemplo, existía una relación sinérgica entre la biodiversidad y la regulación del clima en algunas regiones europeas, como la panónica, mientras que en las condiciones atlánticas esta relación es negativa en los sistemas de pastos».

Políticas basadas en la oferta y la demanda

El equipo de LANDMARK modelizó la oferta de funciones del suelo en toda la Unión Europea (UE) junto con las demandas sociales de las mismas mediante el empleo de conjuntos de datos paneuropeos. Al clasificar las demandas, se descubrió la existencia de diferencias patentes entre países. «Dada la dificultad para satisfacer todas las demandas de la sociedad en cualquier lugar a la vez, nuestros análisis proporcionan una guía para intervenciones más específicas a fin de acortar la brecha entre la oferta y la demanda», señala Creamer. El equipo de LANDMARK desarrolló once opciones de políticas formales, incluidas las medidas que podrían adoptarse en la política agrícola común, haciendo hincapié en la necesidad de desarrollar planes estratégicos nacionales. También se propuso priorizar las funciones del suelo menos proclives a satisfacer sus demandas funcionales y sociales. Las Lighthouse Farms, que incluyen las explotaciones agrícolas preparadas para los retos de sostenibilidad del futuro, fueron destacadas como enfoques inspiradores. Los resultados se presentaron a la Comisión Europea y a las partes interesadas en la Congreso de clausura de LANDMARK, celebrado en Bruselas, así como en el Congreso sobre suelos de Wageningen, celebrado en septiembre de 2019. Los resultados constituyeron aportaciones valiosas para el desarrollo de una misión de la UE en el ámbito de la salud del suelo y la alimentación. El trabajo con Soil Navigator continúa en varios países y los resultados del plan de vigilancia del suelo ya han contribuido al debate sobre las actualizaciones futuras del LUCAS Topsoil Survey.

Palabras clave

LANDMARK, sostenible, agua, gestión del carbono, regulación del clima, biodiversidad, nutrientes, ciclo, suelo, campos, producción de alimentos

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