Cómo las aves superan los obstáculos en sus migraciones de larga distancia
Cada año, millones de aves migran en todo el mundo y, para ello, deben superar varias barreras ecológicas del paisaje, como océanos y desiertos. El éxito de la migración de un ave, y por tanto su habilidad para sobrevivir, depende de su comportamiento a la hora de atravesar estos terrenos difíciles. Hace tiempo que se debate sobre la forma en que lo hacen las aves cantoras. Estas suelen volar durante el día y descansar por la noche y no estaba claro si cambiaban su comportamiento. El proyecto BIRDBARRIER, llevado a cabo con financiación de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, utilizó una tecnología de rastreo pionera para investigarlo. «Este proyecto se propuso describir en detalle los cambios conductuales que muestran las aves cuando atraviesan obstáculos», afirma Sissel Sjöberg, estudiante posdoctoral en la Universidad de Copenhague y líder del proyecto BIRDBARRIER.
Avances en el rastreo
Hasta hace poco, estudiar el comportamiento de animales pequeños como las aves cantoras durante las migraciones ha sido especialmente difícil, pues o bien la tecnología de rastreo era demasiado grande para transportarla, o bien la resolución de los datos era demasiado baja para extraer conclusiones firmes o precisas. El equipo de BIRDBARRIER participó en el desarrollo de una nueva tecnología que posibilita este tipo de rastreo. Se trata de registradores de datos multisensor miniaturizados que, mientras permanezcan en un ave, siguen registrando datos. Estos registradores son personalizables y cambiar los sensores del dispositivo altera la información que pueden recopilar. «Los registradores de datos que hemos utilizado han documentado la aceleración con una resolución de cinco minutos que hemos convertido a actividad. Esto hace que se pueda calcular, por ejemplo, los tiempos de vuelo exactos y su duración. También tenemos un sensor barométrico que, cada hora, nos da información sobre la altitud de vuelo interpretada a partir de la presión y la temperatura del aire», explica Sjöberg. Los registradores de datos utilizados por el equipo de BIRDBARRIER también incluyen sensores lumínicos que pueden recopilar información sobre las horas de luz y la posición aproximada del ave. «Podemos conocer dónde están las aves, al menos durante los períodos estacionarios, y cuánto tiempo pasan en los vuelos migratorios. Podemos decir cuándo volaron y cómo regularon la altitud durante los vuelos», añade Sjöberg.
¿Cambios conductuales?
Los datos preliminares del proyecto revelan que las aves se comportan de forma diferente en los segmentos de mayor dificultad en comparación con el resto de segmentos migratorios. «Las especies de migración nocturna cambian de comportamiento cuando atraviesan zonas inhóspitas y, a veces, vuelan de día y de noche para superar esas zonas lo más rápido posible», comenta Sjöberg. El siguiente paso es seguir publicando la gran cantidad de datos que ha recopilado el proyecto e intentar comprender la razón (y la importancia) de los comportamientos totalmente nuevos que se han descrito en el proyecto. A largo plazo, el equipo quiere proseguir investigando cuán flexibles son estos nuevos comportamientos y cómo pueden adaptarse a un entorno cambiante en los próximos años.
Colaboración en equipo
Sjöberg concluye: «Poder trabajar con datos cuando por primera vez conseguimos información sobre el comportamiento de aves individuales a lo largo de su ciclo anual y durante sus asombrosos viajes es extremadamente fascinante y todos los que participamos en el proyecto estamos sorprendidos de los datos que conseguimos obtener».
Palabras clave
BIRDBARRIER, ave, migración, cambios conductuales, barrera, desierto, océano