Datación de ámbar: nuevas pistas sobre la evolución de los insectos
El ámbar del Báltico es una fuente clave de información sobre la evolución de las especies. Esta resina de árbol fosilizada, presente en la región del mar Báltico, ofrece nuevos datos sobre los ecosistemas antiguos al conservar organismos de un pasado lejano. Pero, ¿cuán lejano exactamente? El proyecto financiado con fondos europeos AMBER ha desarrollado nuevas herramientas para resolver un enigma que tiene perplejos a los investigadores desde hace años. La investigación, emprendida con el apoyo del programa Acciones Marie Skłodowska-Curie, elaboró un método innovador para calcular la edad de los depósitos fósiles. «El nuevo método permite determinar la edad de los depósitos fósiles utilizando el enfoque filogenético, lo que constituye un importante avance científico», destaca Dagmara Żyła, beneficiaria de una beca de investigación Marie Skłodowska-Curie y coordinadora del proyecto AMBER.
Combinación de datos
En filogenética, la historia evolutiva de las especies se reconstruye utilizando datos de la actualidad, como la morfología. «El método utiliza información genética, así como datos morfológicos sobre especies vivas y extintas, y los combina mediante estadística bayesiana para calcular el momento en que surgieron nuevas especies», explica Żyła. Se cree que el ámbar del Báltico data del Eoceno y tiene una edad de entre treinta y cuatro y cincuenta y cinco millones de años. A fin de aplicar la nueva metodología para delimitar más este rango, será necesario recopilar un gran número de muestras de fósiles bien datados de depósitos de zonas diferentes al Báltico y su combinación con ámbar del Báltico para datar este último.
Éxito evolutivo
Aunque este proceso se ha visto obstaculizado por la pandemia actual, la investigación ya ha contribuido a mejorar nuestros conocimientos sobre una familia de insectos de gran importancia para la investigación evolutiva: los escarabajos vagabundos «Paederinae». «Los escarabajos vagabundos son la mayor familia animal y un gran ejemplo de éxito evolutivo, con unas sesenta y cuatro mil especies recientes conocidas que se han adaptado a prácticamente todos los modos de vida y hábitats terrestres posibles», comenta Żyła. Los «Paederinae» son una de las subfamilias de escarabajos vagabundos más antiguas y diversas. La metodología desarrollada por el proyecto AMBER ha permitido a Żyła y su equipo rastrear esta diversidad actual y remontarse hasta la era Cenozoica, que comenzó hace sesenta y seis millones de años, y posiblemente delimitar el rango temporal hasta el Eoceno. Dado que los escarabajos vagabundos «Paederinae» tienen posibles usos en biomedicina, gestión de plagas e investigación sobre conservación, un mayor conocimiento sobre su evolución podría tener importantes implicaciones sociales.
El cambio climático, antes y ahora
La datación del ámbar Báltico también podría suponer una gran aportación para la investigación sobre el cambio climático: «El Eoceno fue una época de cambios climáticos drásticos», añade Żyła. «La reconstrucción de los sucesos evolutivos y la composición de las especies durante este período podría proporcionarnos indicios sobre cómo reaccionó el ecosistema antiguo a esos cambios, cómo funcionó cuando se daban condiciones de "invernadero" y cómo se recuperó del calentamiento global. Los resultados del proyecto constituyen una herramienta para progresar en la investigación de esas cuestiones».
Palabras clave
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