Zanjar con datos la polémica en torno a los biocarburantes
El debate sobre los biocarburantes lleva muchos años sobre la mesa. «Los grupos están tremendamente divididos, ya que una parte reivindica que los biocarburantes con captura y almacenamiento de carbono son la única solución para luchar contra el cambio climático, mientras que la otra desaprueba categóricamente los biocarburantes debido a su impacto sobre la biodiversidad. Como siempre, la verdad está en algún punto intermedio», comenta Mark Huijbregts, catedrático de Evaluación Ambiental Integral en la Universidad Radboud e investigador principal del proyecto SIZE (Size matters: scaling principles for the prediction of the ecological footprint of biofuels). En SIZE se evaluó la puesta en práctica a gran escala de los biocarburantes de segunda generación producidos con bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECAC). La BECAC hace referencia al proceso de eliminar de la atmósfera los gases de efecto invernadero producidos al quemar biomasa y almacenar permanentemente el carbono, a menudo bajo tierra. El equipo del proyecto concibió una metodología que cuantifica la repercusión de la BECAC y traduce estos datos en recomendaciones concretas sobre cuándo y cómo emplear este proceso para obtener los mejores resultados.
Compromisos a gran escala
Huijbregts explica: «En SIZE se examinaron los posibles beneficios de los biocarburantes para mitigar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad relacionada con el cambio de uso del suelo. Nuestra nueva metodología permite cuantificar los compromisos en términos de biodiversidad y mitigación del clima a escala mundial, al combinar modelos de evaluación integrales, indicadores de biodiversidad y datos de evaluación del ciclo de vida de una manera totalmente pionera». El equipo de Huijbregts ha podido ofrecer pruebas fehacientes sobre lo que cabe esperar físicamente de esta importante fuente de energía. «Nuestros resultados revelan que, a lo largo de un período de treinta años, la BECAC únicamente puede desempeñar un papel modesto. Sin embargo, en un período de un siglo, teóricamente se podría lograr la captura de hasta cuarenta gigatoneladas de CO2 al año, esto es, más que las emisiones anuales totales de hoy día». Por otro lado, la aplicación completa a nivel mundial de la BECAC podría acabar por competir con otros usos del suelo: «Piense en las plantaciones de madera de crecimiento rápido en todo el mundo, incluidos Brasil e Indonesia —agrega Huijbregts—, ya que la producción de biocarburantes requiere grandes extensiones de terreno que podrían menoscabar la producción de alimentos y amenazar considerablemente la biodiversidad». En el supuesto más extremo, harían falta hasta 2 400 millones de hectáreas de tierra de aquí a 2100 para los cultivos lignocelulósicos necesarios para la BECAC, lo que equivale al 16 % de la superficie terrestre total del planeta.
Un plan de acción para el futuro
Considerando la interacción entre estos diferentes retos medioambientales en su análisis, los científicos concluyen que una implementación precoz y selectiva constituye la estrategia más prometedora. Si bien la puesta en marcha, tan pronto como sea posible, de la producción a gran escala ayudará a lograr el nivel requerido de mitigación en un horizonte temporal más amplio, la modificación del uso del suelo nativo debe reducirse al mínimo para proteger las especies y la producción de alimentos. En su lugar, el equipo recomienda utilizar terrenos agrícolas abandonados, así como la biomasa de residuos y desechos, ya que esta opción tiene pocos efectos sobre el uso del suelo. También destaca la necesidad de combinar la BECAC con otras energías renovables y tecnologías complementarias para reducir las emisiones y eliminar el dióxido de carbono, y exhorta a los responsables políticos a promoverlas en paralelo. Huijbregts y su equipo han comenzado a trabajar en la modelización a escala mundial de otras fuentes de energía renovable, incluidas la energía eólica, la solar y la hidroeléctrica, para llevar aún más lejos los resultados obtenidos en el marco del proyecto SIZE.
Palabras clave
SIZE, BECAC, captura y almacenamiento de carbono, biocarburantes, cambio climático, biodiversidad, modelización a escala mundial