Un informe sugiere que describir la eliminación de dióxido de carbono de forma clara contribuirá a los objetivos climáticos de la Unión Europea
Los sistemas de captura, almacenamiento y utilización de carbono (CAUC) gozan de un reconocimiento creciente como tecnología fundamental para la reducción de emisiones en el sector energético. No obstante, con unos altos costes que suponen su principal obstáculo, su implantación ha sido limitada. Con el compromiso de la Unión Europea (UE) de adoptar formalmente su objetivo de 2050 de alcanzar un nivel neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el papel de la CAUC en el marco de la eliminación de CO2 se reconoce fácilmente en la Ley del Clima Europea para lograr la neutralidad climática de aquí a 2050. «El sumidero natural de los bosques, los suelos, las tierras agrícolas y los humedales debe mantenerse y reforzarse, y debe conseguirse que tecnologías de eliminación de carbono tales como la captura y el almacenamiento de carbono y la captura y la utilización de carbono, resulten rentables y se generalicen». Pese a dichos trabajos, aún no existe una definición de eliminación de carbono clara y oficialmente aceptada. Un documento elaborado con el apoyo del proyecto SESZEP, financiado con fondos europeos, y preparado en nombre del Consejo Consultivo de la Plataforma Cero Emisiones, una Plataforma Tecnológica y de Innovación Europea (ETIP ZEP, por sus siglas en inglés), define términos utilizados frecuentemente en relación con la eliminación de dióxido de carbono (EDC). ZEP asesora a la Comisión Europea sobre tecnologías de CAUC y políticas asociadas. En el informe se sostiene que, aunque los términos «eliminación de GEI» y «tecnología de emisión negativa» se han utilizado de forma indistinta para describir procesos similares, «lo mejor es abordar la eliminación de CO2 de forma individual». Destaca que «eliminación de GEI» «hace referencia a la eliminación de todos los gases de efecto invernadero» y añade que «los efectos del CO2 y de otros gases de efecto invernadero en el clima no son del todo análogos, y la naturaleza de su acumulación en la atmósfera también es bastante diferente». El informe señala: «De forma similar, “emisiones negativas” hace referencia al concepto de las eliminaciones, es decir, todo lo contrario a las emisiones. Este término no se refiere específicamente a ningún gas de efecto invernadero. “Tecnologías de emisión negativa” alude a las tecnologías o procesos específicos que pueden utilizarse para lograr la eliminación de dióxido de carbono».
Principios fundamentales
Ese mismo informe destaca cuatro principios fundamentales «para que se considere de forma general que una práctica o tecnología logra la “eliminación de dióxido de carbono”». Estos principios requieren que el CO2 se «elimine físicamente de la atmósfera» y que el proceso de EDC elimine de forma permanente más CO2 de la atmósfera del que emite. «La cantidad total de dióxido de carbono atmosférico eliminado y almacenado de forma permanente es mayor que la cantidad total de dióxido de carbono emitido a la atmósfera». El informe sobre EDC también añade: «Las emisiones de gas invernadero preliminares y posteriores, asociadas a los procesos de eliminación y almacenamiento, se estiman e incluyen exhaustivamente en el balance de emisiones». El informe sobre EDC apunta a la necesidad de una infraestructura de transporte y almacenamiento de CO2 para lograr los objetivos climáticos de la Unión Europea. Sugiere que la revisión del reglamento de la Red Transeuropea de Energía (RTE-E) «debería basarse en el Pacto Verde Europeo y abarcar el principio de neutralidad climática de aquí a 2050». La política de la RTE-E se centra en la vinculación de la infraestructura del sector energético de los países de la UE. Durante una sesión plenaria celebrada en julio, el Parlamento Europeo adoptó una resolución en la que los eurodiputados exigen una revisión de las directrices de financiación para los proyectos sobre la infraestructura energética transeuropea transfronteriza a fin de que estén en consonancia con la política climática de la UE. También recomiendan que la revisión de las directrices de la RTE-E tenga en consideración los objetivos energéticos y climáticos de la UE para 2030. El proyecto SESZEP (Support to Energy Stakeholders of the Zero Emission Platform) finalizó en abril de 2018. Ayudó a aumentar la concienciación sobre el papel de las políticas de CAUC para lograr los objetivos de 2050. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto SESZEP
Palabras clave
SESZEP, CAUC, eliminación de dióxido de carbono, neutralidad climática, emisiones, CO2