¿Es el almacenamiento subterráneo de CO2: eficaz contra el calentamiento global?
Se están desarrollando nuevas estrategias para mantener bajo control el aumento de la temperatura planetaria. La técnica de captura y almacenamiento de carbono (CAC) es uno de los métodos que se emplean para evitar que el CO2 llegue a la atmósfera. Con esta tecnología, el CO2 residual de las centrales eléctricas y los procesos industriales es capturado, transportado y posteriormente almacenado a varios kilómetros bajo tierra en pozos de petróleo y gas agotados o en acuíferos salinos profundos. No obstante, cabe plantearse ciertas dudas, como por ejemplo ¿se mantendrá enterrado el CO2? Y, ¿es segura para el medio ambienta la técnica de CAC? Estas son algunas de las preguntas que los proyectos financiados con fondos europeos STEMM-CCS, ECO2 y EUROFLEETS se propusieron responder. Sus investigadores llevaron a cabo un experimento de liberación controlada de CO2 en el emplazamiento de almacenado de CO2 Sleipner, en la zona noruega del mar del Norte. Su objetivo fue determinar la eficacia con la que podría detectarse una filtración de CO2 de un pozo al mar y cuáles serían los efectos medioambientales de este tipo de fuga. Sus hallazgos se publicaron en la revista «International Journal of Greenhouse Gas Control». Durante el estudio, que simuló la fuga de CO2 a través de pozos abandonados, el gas fue liberado al fondo del mar a una profundidad de 82 m con respecto a la superficie marina. Se liberaron un total de 40 kg de CO2 en el agua en poco menos de 12 horas. Esta cifra equivale a una fuga de 31 t al año, la cual corresponde al rango superior de los flujos de gas metano detectados en pozos abandonados. Efectos de una fuga de CO2 Los datos mostraron que las burbujas de CO2 gaseoso se disolvieron por completo cerca del fondo marino. Aunque esto redujo el valor del pH del agua circundante, haciendo que fuera más ácida y, por consiguiente, dañando a los organismos de la zona, los científicos consideraron que las consecuencias fueron limitadas. Gracias a las fuertes corrientes de fondo que rápidamente dispersaron el CO2 disuelto, solamente se vieron afectados los ecosistemas locales de las inmediaciones del pozo. Por tanto, las fugas a través de los pozos «no tienen ningún efecto perjudicial a gran escala en el ecosistema del mar del Norte», según el coautor y doctor Klaus Wallmann del Centro Helmholtz de Investigación Oceánica GEOMAR de Kiel (Alemania), instituto coordinador del proyecto ECO2. «Así, concluimos provisionalmente que se puede almacenar CO2 de forma segura en formaciones del subsuelo marino si el emplazamiento de almacenaje está situado en una zona con pocos pozos con fugas», declaró el doctor Wallmann en un artículo publicado en el sitio web «ScienceDaily». STEMM-CCS (Strategies for Environmental Monitoring of Marine Carbon Capture and Storage) ejecutó un segundo experimento de liberación en el mar del Norte en mayo. El proyecto desarrollará técnicas de detección y supervisión para descubrir fugas y propiciar estudios sobre su posible impacto medioambiental. Para disipar las preocupaciones sobre los efectos en la vida marina, el investigador principal Douglas Connelly del Consejo de Investigación del Entorno Natural del Reino Unido aseguró que las fugas son «muy poco probables». «No se ha producido ningún impacto mensurable (o fuga) del almacenamiento de CO2 en el depósito de Sleipner, por ejemplo», explicaba Connelly en una entrevista publicada esta primavera en el sitio web «Science|Business». «El uso de yacimientos de petróleo y gas agotados ofrece más garantías en cuanto al almacenamiento, porque se han estudiado bien; sabemos los volúmenes que pueden almacenar y la zona del fondo marino que recubre estos yacimientos». EUROFLEETS (TOWARDS AN ALLIANCE OF EUROPEAN RESEARCH FLEETS) y ECO2 (Sub-seabed CO2 Storage: Impact on Marine Ecosystems (ECO2)) finalizaron en 2013 y 2015, respectivamente. Para más información, consulte: Sitio web del proyecto STEM-CCS Sitio web del proyecto ECO2
Países
Alemania, Francia, Reino Unido