Diferentes vías para diferentes contextos: un enfoque impulsado por los países para acelerar la acción climática
Cuatro años después del Acuerdo de París, la desilusión nunca había sido tan patente. Los Estados Unidos han anunciado su retirada y las acciones de otros países parecen vacilantes. Ahora existen abundantes pruebas de que el mundo no se aproxima ni de lejos al objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 °C respecto a los niveles preindustriales. Dada la urgencia cada vez mayor de la situación, el trabajo del proyecto COP21:RIPPLES (COP21: Results and Implications for Pathways and Policies for Low Emissions European Societies) nunca había sido tan importante. Entre 2016 y enero de 2020, el equipo del proyecto se propuso comprender mejor qué impide a nuestras sociedades aprovechar su potencial y cumplir los objetivos del Acuerdo de París. «Nuestro trabajo se centró en los medios para superar los obstáculos relacionados con la gobernanza o de carácter tecnológico, financiero y político que impiden acelerar la acción climática», explica Marta Torres Gunfaus, investigadora principal en IDDRI y coordinadora del proyecto. «Queríamos obtener una evaluación integrada del sistema energético basada en la modelización y el análisis de las transformaciones físicas necesarias para alcanzar los objetivos de mitigación del Acuerdo de París, las implicaciones socioeconómicas de esas transformaciones y un análisis de las condiciones facilitadoras sustentado en las ciencias sociales».
Más allá de una perspectiva de la Unión Europea o mundial
Para lograr las mayores probabilidades de éxito, el equipo del proyecto combinó este análisis interdisciplinario con un enfoque multinivel de la investigación. En lugar de centrarse estrictamente en una perspectiva mundial o de la Unión Europea (UE), el equipo también intentó comprender las circunstancias nacionales, las estrategias políticas y las vías de transición de Estados miembros de la UE individuales y de países terceros clave. Una estrategia muy fructífera, como pronto indicaron la mayoría de los resultados de la investigación. «Gran parte de nuestros resultados respaldan los enfoques impulsados por los países a escala nacional y local. De este modo, pueden lograr una participación eficaz de las comunidades afectadas y valorar las transformaciones sociales y económicas con ventajas claramente identificables», explica Torres. Tales planteamientos podrían servir, también según los resultados del proyecto, para mejorar los compromisos de la UE de garantizar, para 2030, unas vías hacia la descarbonización que sean políticamente resilientes. Por supuesto, como destaca Torres, resulta imprescindible una cooperación internacional eficaz para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. «Nuestra investigación indica que existen ciertas lagunas y oportunidades en cada sistema sectorial. Las estrategias nacionales rara vez aprovechan el potencial propiciatorio de los debates y la cooperación internacionales, algo que se aplica asimismo a la UE y sus Estados miembros. Debemos tener en cuenta que ahora la Ley Europea del Clima y la normativa existente en materia de gobernanza nos ofrecen la oportunidad de mejorar dicha gobernanza».
Avances
Además del enfoque impulsado por los países, el proyecto ofrece una serie de recomendaciones para la toma de decisiones en el futuro. Por ejemplo, fomentar el enfoque sectorial anteriormente mencionado; un marco multidimensional para evaluar la idoneidad de las respuestas a escala nacional y mundial; medidas tempranas en relación con tecnologías prometedoras e inversión en ellas; e instar al sistema financiero a que corrija su incapacidad de tratar los bienes públicos y adoptar una visión a largo plazo. Por último, el proyecto pide una transformación industrial dirigida por un club transnacional de descarbonización del sector del acero. En relación con la evolución del contexto internacional desde 2016, Torres afirma que tan solo destaca aún más la necesidad de unos planteamientos transdisciplinarios y multinivel. «Hasta la fecha, gran parte de la descarbonización ha sido posible gracias a instrumentos políticos que funcionan, en gran medida, de forma invisible para la mayoría de la sociedad. Cuando su efecto sobre las condiciones políticas, sociales y económicas (por ejemplo, un aumento de los precios para el consumidor) se deja entrever, pueden perder legitimidad. Para reducir este riesgo, los responsables políticos que quieran acelerar la descarbonización deben actuar de forma más explícita y en colaboración con los sectores y comunidades afectados. La investigación transdisciplinaria y multinivel puede ofrecer una respuesta más matizada e integrada en las realidades de los diferentes sectores y lugares», concluye. Ahora que ya ha finalizado el proyecto, Torres espera que sus recomendaciones eleven las ambiciones globales.
Palabras clave
COP21:RIPPLES, Acuerdo de París, acción climática, mitigación, impulsado por los países