TENDENCIAS CIENTÍFICAS: Gracias a la COVID-19 ha llegado el momento de aplanar la curva del cambio climático
«A pesar de que la COVID-19 ha generado una grave crisis económica y sanitaria internacional, la incapacidad de abordar el cambio climático puede poner en peligro durante siglos el bienestar humano, los ecosistemas y las economías», afirmó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas, Petteri Taalas, en una conferencia de prensa virtual con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra. «Debemos aplanar las curvas de la pandemia y del cambio climático».
Luchar contra el cambio climático como contra la COVID-19
Taalas añadió: «Debemos mostrar la misma determinación y unidad contra el cambio climático como la demostrada contra la COVID-19. Debemos actuar unidos en aras de la salud y el bienestar de la humanidad, no solo durante las próxima semanas y meses, sino durante las próximas generaciones». Según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), la contaminación atmosférica ha disminuido y la calidad atmosférica se ha incrementado debido a las medidas del confinamiento. La AEMA supervisa la calidad atmosférica europea y los datos se miden cada hora sobre el terreno a través de unas tres mil estaciones de vigilancia. En Roma, la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante de la atmósfera, en marzo fue entre un 26 y un 35 % inferior al mismo mes en 2019. Durante la semana del 16 al 22 de marzo, en Madrid se redujo un 41 % en comparación con la misma semana en 2019. Puede consultar los niveles de concentración de su ciudad a través del visor de la AEMA. El director ejecutivo de la AEMA, Hans Bruyninckx, comentó la importancia de las estadísticas. «Los datos de la AEMA muestran una imagen precisa sobre la disminución de la contaminación atmosférica, lo cual se debe especialmente a la reducción del tráfico en las ciudades. Sin embargo, abordar los problemas a largo plazo de la calidad atmosférica requiere ambiciosas políticas e inversiones orientadas al futuro. Como tal, la crisis actual y sus múltiples efectos en nuestra sociedad socavan lo que estamos intentado lograr: una transición justa y bien gestionada hacia una sociedad sostenible y resiliente». El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (SVAC) ofrece información similar sobre la calidad atmosférica. También descubrió que los niveles de contaminación atmosférica de NO2 han caído en toda Europa desde el brote de la COVID-19. «No creo que podamos afirmar que este descenso tenga alguna importancia a largo plazo. Sin embargo, creo que esos descensos son útiles a corto plazo. El nivel de contaminación atmosférica afecta a la salud cardiopulmonar en general, por lo que tener menos contaminación en un momento en que el convivimos con el virus, solo puede ser positivo», afirmó Vincent-Henri Peuch, director del SVAC, a Euronews.
¿Aprendemos alguna lección?
Para Peuch, la manera en que gestionamos las preocupaciones medioambientales y abordamos el cambio climático en el futuro es más importante que los actuales niveles sin precedentes que hemos registrado: «Las lecciones aprendidas cuando hayamos superado la crisis serán muy importantes para (repensar) el problema de la contaminación atmosférica. Desgraciadamente, el cambio climático seguirá entre nosotros y esta crisis no llegará a cambiarlo». Aquí es donde el Pacto Verde Europeo de la Comisión Europea es más necesario que nunca. Los responsables políticos que lo presentaron en diciembre de 2019 no se imaginaban que adquiriría el protagonismo en los esfuerzos de recuperación contra la COVID-19 de la Unión Europea (UE). Con el objetivo de convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutro del mundo, esboza una hoja de ruta para hacer que la economía de la UE sea sostenible al convertir los desafíos medioambientales en oportunidades. Este es el mejor momento para que la UE envíe un mensaje claro y oportuno sobre el cambio climático y muestre la misma unidad y determinación que ha demostrado durante la crisis de la COVID-19.
Palabras clave
COVID-19, cambio climático, medio ambiente, confinamiento, coronavirus