Un inodoro de ciclo cerrado puede convertir la orina en agua tratada
Para el usuario, el equipo, desarrollado por WeCo, parece y funciona como un inodoro con cisterna normal. Sin embargo, en una sección independiente situada en la parte posterior de la instalación se alojan una serie de tubos y tanques que pueden tratar las aguas residuales o negras y devolverlas como agua limpia a la cisterna para la siguiente descarga en tan solo dos horas. Trabaja como un sistema de ciclo cerrado, por lo que recicla el agua y evita la costosa necesidad de conectar el inodoro a la red de alcantarillado. Durante el verano y el otoño de 2019, los desarrolladores de WeCo recibieron la ayuda de los fondos europeos para el proyecto RecycLoo. Las aguas negras del inodoro pasan por una bomba de maceración y llegan a un pequeño tanque. Aquí, las bacterias degradan y reducen los lodos fecales y, gracias a la sedimentación, se envía cualquier materia sólida sobrante al fondo. El líquido pasa por un filtro para llegar a una segunda cámara, donde una reacción electroquímica destruye las bacterias, produce cloro y clarifica el agua para producir un agua tratada limpia.
Producción de excedentes
Después de pasar por un segundo filtro, lo que queda es agua tratada limpia que se puede descargar una vez más. «En realidad, tiene la calidad del agua potable, pero dudo que consigamos la aceptación cultural y la autorización legal para utilizarla con ese fin», comenta Cécile Dekeuwer, directora general y fundadora de WeCo. Explica que los excedentes pueden utilizarse para regar plantas o para limpiar el inodoro, ya que la electrolisis produce un detergente que se puede reutilizar en el mismo lugar. Mientras trabajaba como abogada asesorando a empresas de nueva creación en Asia Sudoriental, Dekeuwer quedó impresionada por el nivel de innovación de los inodoros japoneses y, durante dos años, buscó nuevos inventos. Inspirada por la investigación del Instituto Tecnológico de California de los Estados Unidos, WeCo concibió su propia tecnología y trabajó con un importante fabricante ferroviario para seguir desarrollando el sistema. La financiación que RecycLoo recibió de la Unión Europea en 2019 ha ayudado a WeCo a llevar a cabo un estudio del mercado potencial y a preparar un plan de negocio que tiene por objeto alcanzar los dos millones de euros para su expansión. Además, la empresa ha conseguido registrar patentes que abarcan Francia y Europa.
Innovación y eficacia
El tratamiento biológico de excrementos humanos solo funciona en un margen de temperaturas concreto y tarda en generar unos resultados inciertos. Si solo se utiliza un reactor electroquímico para tratar las aguas negras, se produce gas, que es potencialmente explosivo si no se maneja con cuidado. Dekeuwer apunta: «Por eso, la principal innovación es la forma en que se han combinado las ventajas del tratamiento biológico con la certeza y la eficacia del tratamiento electroquímico. Asimismo, hemos mejorado y ampliado la tecnología para que se pueda producir a escala comercial». El equipo va a realizar pruebas de resistencia del sistema en 300 000 ciclos, por lo que pronto se dispondrá de información sobre la durabilidad de la instalación. «Las pruebas también nos permitirán evaluar la forma en que la composición del agua se ve afectada por el cloro y las reacciones químicas», añade. Durante 2020, cinco inodoros de WeCo, instalados en contenedores marítimos reciclados, se unirán a los dos primeros instalados en Francia en 2019. El sistema se adaptará a la norma ISO para África y cuenta con compradores interesados en Alemania, Camerún y Senegal.
Palabras clave
RecycLoo, ciclo cerrado, inodoro con cisterna, proceso electroquímico, tratamiento biológico, aguas negras, excrementos humanos