Perfeccionamiento de los vehículos aéreos no tripulados para una mejor gestión marítima
Las vastas costas y áreas económicas europeas que se adentran en los océanos Atlántico y Ártico resultan difíciles de supervisar y gestionar. Para este fin, habitualmente se utilizan grandes buques de investigación, boyas, satélites y aeronaves tripuladas, pero este enfoque se asocia con una cobertura limitada y un elevado coste económico. Esto tiene como consecuencia un muestreo relativamente insuficiente de los océanos y las costas, y escasean los datos con la información requerida sobre el espacio, el tiempo y las características. Como solución a esta problemática, cada vez se está recurriendo más al uso de vehículos aéreos no tripulados (UAV), que ofrecen una elevada resistencia, un menor coste, mayor flexibilidad y un despliegue rápido con una mayor precisión/resolución, además de un riesgo reducido para las personas y el medio ambiente. Sin embargo, explotar esta tecnología resulta complejo y requiere unos conocimientos interdisciplinarios que incluyan amplias pruebas sobe el terreno y una certificación de la aeronavegabilidad para cumplir los estándares establecidos por las autoridades de aviación. Para ayudar a facilitar esto, el proyecto financiado con fondos europeos MarineUAS (Autonomous Unmanned Aerial Systems for Marine and Coastal Monitoring) formó a dieciséis investigadores noveles de varios países, creando un entorno de colaboración que se benefició de los amplios conocimientos de los socios, la experiencia sobre el terreno y las instalaciones para mejorar las tecnologías.
Más ojos en el cielo
El despliegue de UAV tiene como finalidad aumentar las capacidades de los buques de investigación, proporcionando a los científicos y agencias gubernamentales una cantidad significativamente mayor de «ojos en el cielo». El diseño de los UAV varía desde máquinas de varios rotores con capacidades de planeado y despegue y aterrizaje en vertical hasta UAV de ala fija con un amplio alcance, resistencia y velocidad. Los investigadores fueron asignados a algunos de los principales grupos de investigación europeos, donde tuvieron acceso al «software» y las instalaciones de experimentación necesarios para desarrollar y probar teorías y tecnologías nuevas. «Ninguna nación cuenta por sí sola con todas las competencias investigadoras necesarias para preparar de forma adecuada a los investigadores europeos para estas tareas exigentes, y este es el motivo por el que los miembros del consorcio resultaron ser tan valiosos», afirma el profesor Tor Arne Johansen del Departamento de Ingeniería Cibernética en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega. Los investigadores construyeron y evaluaron de forma experimental los prototipos para mejorar la medición del viento y el procesamiento inteligente, así como métodos de aterrizaje seguro de UAV de ala fija en pequeños barcos y la capacidad de los UAV para soportar condiciones climatológicas adversas. En las simulaciones también se probaron otras características, como los sistemas anticolisión que permiten un uso más eficiente del espacio aéreo compartido. Por otra parte, se dio a los UAV un mayor grado de autonomía e inteligencia, y algunos fueron especialmente adaptados para darles la capacidad de trabajar en tándem con vehículos terrestres y subacuáticos no tripulados, por ejemplo para intercambiar datos.
Una gestión marítima preparada para el futuro
La protección y la gestión sostenible de los recursos marinos representa un importante objetivo de la política de la Unión Europea, tal y como se establece en su Estrategia para la investigación marina y marítima. «Los resultados de MarineUAS contribuyen de distintas maneras, por ejemplo al aumentar la capacidad y la eficiencia de las búsquedas y rescates marítimos, especialmente en el Ártico. De manera similar, estas tecnologías que supervisan el medio ambiente, la pesca y las costas para gestionar de manera eficaz las zonas marinas protegidas también se benefician de una forma más amplia de la ciencia climática, dado que ofrecen indicadores clave sobre los cambios climáticos», explica el profesor Johansen. Actualmente, los socios industriales del proyecto tienen previsto usar las tecnologías desarrolladas para la gestión del tráfico aéreo no tripulado (GTA) y la inspección de las infraestructuras costeras y marítimas, así como para el despliegue de UAV que puedan operar desde los barcos con independencia de las condiciones climatológicas. Esta investigación se ha llevado a cabo con el apoyo del programa Marie Skłodowska-Curie.
Palabras clave
MarineUAS, vehículo aéreo no tripulado, supervisión marina, zona protegida, cambio climático, pesca, Ártico, océanos, costas, medio ambiente, submarino