Soluciones sostenibles e innovadoras para hacer frente a la crisis del plástico que sufren nuestros mares y océanos
El plástico está en todas partes en nuestras vidas cotidianas: envuelve los alimentos que comemos y está en la ropa que nos ponemos y en las casas donde vivimos. Debido a su funcionalidad, durabilidad y bajo coste, el plástico constituye un ingrediente esencial de nuestra vida moderna. Sin embargo, si no se elimina adecuadamente, contamina el medio ambiente y causa cuantiosos daños medioambientales y económicos.
Una prioridad política apremiante
Lamentablemente, nuestros océanos y mares ya están muy contaminados con plástico, que se puede encontrar incluso en las zonas más remotas del planeta como el Ártico. Cada año, entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico terminan en el océano, con lo que ponen en peligro los recursos marinos y deterioran la economía. La contaminación por plásticos en los océanos tiene un coste para la Unión Europea (UE) de alrededor de 690 millones de euros al año, derivados de la limpieza de las playas y costas, así como de los efectos negativos sobre la industria pesquera y la acuicultura. Abordar este problema es una prioridad política para la UE. En diciembre de 2018, las instituciones de la UE alcanzaron un acuerdo provisional sobre las medidas para reducir los desechos marinos en su origen a través de restricciones al mercado, requisitos de diseño y recogida y la ampliación de las responsabilidades de los fabricantes. El acuerdo se centraba en los diez productos de plástico que se detectan más a menudo en las playas, así como los aparejos de pesca que se abandonan y que conjuntamente representan alrededor del 70 % de todos los desechos marinos. Dicho acuerdo se basaba en la propuesta sobre los plásticos de un solo uso presentada por la Comisión en mayo de 2018 como parte de la primera Estrategia para el plástico en una economía circular de carácter global e integral del mundo que cumplirá los objetivos de desarrollo sostenible.
... Necesidad de una investigación sólida para apuntalar soluciones viables
La UE está adoptando medidas políticas concretas para hacer frente a esta crisis medioambiental cada vez mayor. Se necesita una investigación firme y sólida para garantizar que la formulación de políticas se base en datos científicos concluyentes, así como para desarrollar soluciones innovadoras, soluciones que reduzcan la cantidad de residuos de plástico, que eviten que estos lleguen a los mares y océanos y que mitiguen los efectos del plástico en el medio ambiente. Para el período 2018-2020, se han asignado alrededor de 100 millones de euros en el marco de Horizonte 2020 a proyectos que están directamente relacionados con la estrategia de la Unión Europea para el plástico, que se suman a los 250 millones de euros ya gastados para entonces en proyectos relacionados con el plástico en el marco de Horizonte 2020. En este Results Pack de CORDIS, presentamos ocho proyectos que están sumando su granito de arena al objetivo de preservar y proteger nuestros océanos de la lacra de los residuos plásticos y ofrecer soluciones alternativas para sustituir el plástico por otras opciones respetuosas con el medio ambiente. Uno de los proyectos destacados es SAILCLEAN, dirigido por una innovadora pyme islandesa que está desarrollando un barco a medida capaz de «segar» los desechos marinos. Siguiendo una línea parecida, el proyecto WasteShark ha creado lo que denomina como «SharkPod», que permite a los drones acuáticos conocidos como WasteShark entregar y vaciar de forma autónoma y segura en tierra los residuos, desechos o biomasa procedentes de puertos y aguas interiores. Ya en el laboratorio, el proyecto POSEIDOMM ha llevado a cabo una investigación pionera para estudiar los efectos de los microplásticos en la microcapa superficial del océano (que, en esencia, podría considerarse la piel del océano), mientras que el proyecto EuroMix se ha centrado en cómo vigilar mejor productos nocivos que se encuentran en los seres humanos y que se originan en una variedad de lugares, incluido el océano. Abordando otra perspectiva del problema, el proyecto Respon-SEA-ble ha trabajado para ayudar a educar e informar al público sobre cómo sus acciones presentes y futuras podrían contribuir a la degradación ambiental del océano. Por último, el proyecto ECOLACTIFILM, liderado por una pyme francesa pionera, ha creado una solución soluble para envases de plástico a base de proteínas de la leche que reduce la necesidad de emplear polímeros a base de petróleo perjudiciales para el medio ambiente que pueden terminar llegando fácilmente al agua en cualquier parte del mundo.