Innovación y exploración gracias a investigación pionera sobre el microbioma
El microbioma humano se compone de comunidades de bacterias simbióticas, comensales y patógenas y de hongos y virus. El microbioma del cuerpo humano contiene una cantidad de genes cien veces superior; solo en el intestino vive más de un millar de especies. Hay comunidades de microbiomas en todas las partes del cuerpo humano, desde los ojos, la boca y los pulmones hasta la piel, los genitales y los intestinos.
Beneficios para la salud y el bienestar
Algunos de los microorganismos involucrados no ejercen ningún efecto en sus hospedadores, pero otros, como las bacterias simbióticas, mantienen con ellos una relación mutuamente beneficiosa, por ejemplo, consistente en descomponer los alimentos. También se encuentran, aunque en menor número, microorganismos oportunistas que pueden provocar enfermedades. En la actualidad no se conoce con exactitud la importancia del microbioma del intestino humano; solo se sabe que repercute en la capacidad del organismo de extraer energía de los alimentos y que influye en el funcionamiento del encéfalo. Por tanto, conocer más a fondo ese microbioma ayudaría a planear intervenciones dietéticas y otras formas nuevas de tratar enfermedades crónicas y agudas. El microbioma no es una característica exclusiva del organismo humano; también existe en el ganado, los vegetales, el suelo y los océanos, y todos ellos interactúan de maneras complejas que la ciencia apenas ha empezado a desentrañar. Por consiguiente, el microbioma constituye un ámbito de investigación nuevo y muy extenso que podría dar lugar a toda una revolución en la alimentación y la nutrición.
Las investigaciones pioneras apoyadas por la UE
La Unión Europea ha respondido a esta oportunidad tan singular y, a través de los programas marco 7PM y Horizonte 2020, ha prestado su apoyo a proyectos de investigación ambiciosos y vanguardistas que le permitan erigirse en uno de los líderes mundiales en el estudio de los microbiomas. El presente Results Pack de CORDIS reúne trece proyectos financiados por la UE que constituyen la punta de lanza de la investigación sobre los microbiomas. Iniciativas como FIBEBIOTICS examinaron el modo en que la fibra dietética fortalece las defensas inmunitarias del organismo frente a patógenos. Además, SYSBIOFUN estudió la respuesta inmunitaria del organismo frente a hongos, mientras que FUNMETA investigó las interacciones entre hospedadores y hongos centrándose en las rutas metabólicas. En NUTRITECH se utilizaron tecnologías punteras con el fin de determinar el papel de los biomarcadores de flexibilidad fenotípica de cara a medir la salud de humanos. Por su parte, MARKEFFICIENCY definió biomarcadores de la eficiencia de piensos y, así, fue capaz de incrementar la producción en animales alimentados con dietas con un contenido elevado de forraje. Por otro lado, los proyectos MUTFLYGUTBACT y AMIABLE emplearon como modelos insectos y mamíferos, concretamente, moscas del vinagre, hormigas y ratones. El primero permitió dar con una cepa bacteriana de utilidad para la probiótica. El segundo amplió el conocimiento científico sobre las interacciones entre el hospedador y bacterias simbiontes para su uso en un control de plagas respetuoso con el medio ambiente. Por último, los océanos constituyen el ecosistema cohesivo más grande de la Tierra. Por ello, en el proyecto MACUMBA se aisló y cultivó organismos microbianos marinos con el fin de desentrañar su papel en el bioma oceánico. Asimismo, PHARMASEA investigó genomas microbianos procedentes de entornos extremos de las profundidades oceánicas y buscó compuestos con que tratar infecciones y enfermedades diversas.