Un nuevo sistema inteligente ayuda a detectar los malos olores
Los vertederos, las plantas de tratamiento de aguas, las fábricas de papel y las fábricas de alimentos son solo algunas de las causas de los olores, un problema creciente en los asentamientos urbanos de Europa y casi tan preocupante como el ruido. Sin embargo, las emisiones de olores no tienen por qué ser tan molestas, gracias a un sistema de control y supervisión del aire previa solicitud, desarrollado por el proyecto ODORPREP de la UE. El sistema es el primero en incorporar la retroalimentación de la población local con pruebas rápidas de laboratorio, por lo que cumple con las últimas normas de la UE sobre lo que constituye un mal olor en el aire. La empresa italiana www.labservice.it (LabService Analytica) desarrolló y probó el sistema en su país de origen y ahora está vendiendo su sistema a diversas autoridades locales y consultorías ambientales. Según el doctor Ivano Battaglia, director ejecutivo de LabService Analytica, que coordinó el proyecto, en colaboración con la Universidad de Bari: «Antes no había nada en el mercado que fuera capaz de integrar todos los métodos empíricos relevantes en una única solución. La comunidad científica quería un enfoque objetivo para determinar los niveles de concentración de las emisiones de olores». A menudo, si los residentes que viven cerca de una fábrica se quejan de malos olores, lo hacen poniéndose en contacto con su Ayuntamiento o con la autoridad medioambiental, y cuando un inspector hace una visita al lugar, el olor ya ha desaparecido. Los desarrolladores de ODORPREP crearon una aplicación móvil que permite a los residentes notificar un mal olor en el instante en que lo detectan. Automáticamente, la unidad ODORPREP más cercana ubicada en el vecindario del residente toma una muestra del aire y la almacena en una bolsa lista para que un técnico la recoja. El sistema alerta al laboratorio para que recoja la bolsa y se pone en contacto con la fábrica, que toma su propia muestra para comprobar los datos. Basándose en datos verificables comprobados en el laboratorio y en la fábrica, se pueden tomar medidas para resolver el problema que causa el mal olor, como muestra este dibujo animado. El olor de un problema ODORPREP también desarrolló una «nariz electrónica», compuesta por unos sensores auxiliares que pueden predecir concentraciones de químicos en el aire que resultarán desagradables para el olfato humano. Se «entrena» a estas narices electrónicas en lugares específicos, sirviéndose de los resultados de las muestras tomadas por el sistema ODORPREP para notificar los niveles de concentración de aire a un centro de control principal. Esto significa que se puede llevar a cabo un seguimiento continuo del aire y detectar rápidamente los problemas sin que se presente una queja. Los desarrolladores llevaron a cabo pruebas en Taranto, al sur de Italia. La primera, realizada en 2014, ayudó a los residentes a mostrar a las autoridades ambientales que necesitaban intervenir en un área industrial que causaba contaminación. La Universidad de Bari publicó un artículo sobre la solución de ODORPREP, en el que se confirmaba que su método de muestreo era tan bueno como las estaciones públicas de supervisión de la calidad del aire, pero más rápido y más asequible. Al año siguiente, ODORPREP implantó su sistema, en colaboración con Italcave, en la planta de residuos desechables no peligrosos de la empresa. Los socios demostraron que el sistema podía adaptarse a cualquier lugar. Allí controló la calidad del aire para garantizar la contención de los olores producidos por la producción de biogás de la fábrica. «La financiación europea nos dio el tiempo y los recursos necesarios para desarrollar la infraestructura del internet de las cosas y el “software” conexos que, como pyme, no habríamos tenido por nosotros mismos», dijo el doctor Battaglia.
Palabras clave
ODORPREP, olores, nariz electrónica, planta de residuos