Nuevo biomarcador para detectar el cáncer en fases tempranas
La probabilidad de que un tratamiento contra el cáncer se resuelva favorablemente depende en gran medida de la antelación con la que se detecte la enfermedad. En esta idea se basan muchas campañas de salud pública y la incesante labor dedicada a la mejora de los métodos de detección. Una manera de diagnosticar el cáncer es mediante la detección de sustancias específicas en la sangre, la orina o en los distintos tejidos del organismo conocidas como marcadores tumorales. No obstante, se conocen muy pocos marcadores de cánceres en su fase inicial, una situación que provoca retrasos en la detección y por tanto mermas en la efectividad del tratamiento. El proyecto FLOWERFIELDS («Early-Stage Tumour Markers Based on the Flower Proteins»), dirigido por el Dr. Eduardo Moreno de la Universidad de Berna, se creó para obtener diagnósticos antes de que un tumor pase a una fase agresiva. El proyecto recibe financiación del Consejo Europeo de Investigación (CEI) a través del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE mediante una «Subvención a la prueba de concepto» del CEI concedida al Dr. Moreno. Ésta se concedió tras el trabajo realizado en el proyecto SUPERCOMPETITOR, financiado a su vez mediante una «Subvención de inicio» también del CEI, para estudiar el concepto de la competencia celular durante la proliferación tumoral. La mayoría de los tumores humanos se descubren en un estado avanzado, cuando ya se han producido cambios morfológicos, una fase para la que las opciones de tratamiento con frecuencia son pocas. Un estudio estadounidense descubrió que el ochenta por ciento de las mujeres que sufren cáncer de ovario epitelial muestran indicios de metástasis cuando se produce el diagnóstico, lo que genera una tasa de supervivencia a cinco años de entre el diecinueve por ciento y el treinta y dos por ciento. En comparación, su detección temprana aumenta dicha tasa hasta entre un ochenta y un noventa por ciento. Las células precancerosas y cancerosas en una fase muy inicial expresan el código molecular denominado «código Flower» en los cánceres epiteliales, como son el de ovarios, mama, próstata, pulmón, colon y piel. El proyecto se puso en marcha en febrero de 2013 y ya ha logrado probar que la proteína Flower constituye un biomarcador válido del cáncer. Futuros ensayos demostrarán además si esta misma proteína puede utilizarse para comprobar si el tratamiento ha logrado erradicar por completo el cáncer. FLOWERFIELDS se ha planteado dos objetivos: desarrollar ligandos (sustancias que se unen a otra entidad) mejorados que puedan aprovecharse en ensayos de diagnóstico dedicados a comprobar la expresión del gen Flower y, seguidamente, confirmar su potencial clínico mediante muestras de tejido humano. En la segunda fase, que contará con al menos cincuenta muestras, participarán el Instituto de Patología del Hospital Universitario de Berna (Suiza) y el Hospital Clínico de Barcelona (España). Dicha cantidad de muestras es la mínima precisada por muchas empresas farmacéuticas, algunas de las cuales ya han manifestado su interés en la investigación, antes de contemplar la técnica para su licenciación.Para más información, consulte: http://www.unibe.ch Consejo Europeo de Investigación (CEI) http://erc.europa.eu
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Suiza