En forma toda la vida
Cada vez hay más europeos que alcanzan edades longevas. Se calcula que para 2050 la cantidad de personas con sesenta y cinco años o más habrá aumentado un setenta por ciento, mientras que los octogenarios aumentarán un ciento setenta por ciento. Estos porcentajes acarrean importantes retos para el siglo XXI: suplir una demanda mayor de servicios sanitarios, adaptar los sistemas de sanidad a las necesidades de una población envejecida y garantizar la sostenibilidad del estado de bienestar con menos población activa. Los adultos de mayor edad presentan un riesgo más elevado de sufrir enfermedades y discapacidades crónicas como la diabetes, la artritis, la insuficiencia cardíaca congestiva, el Parkinson y el Alzheimer. Muchos de ellos acaban por ingresar en un hospital o un hogar para la tercera edad debido a que pierden la capacidad de vivir de forma independiente en su propio hogar. Además, las afecciones crónicas son la principal causa de muerte en esta franja de edad. Debido a que las necesidades sanitarias de los más mayores difieren del resto de la población, es necesario proceder a una adaptación de los sistemas con el fin de proporcionar una atención adecuada sin que peligre la sostenibilidad económica. Se sabe que cuanto más tiempo permanece una persona mayor en forma, mejor estado de salud presenta. Además, cuanto más tiempo se mantiene este estado de forma, más sencillo resulta evitar enfermedades. No obstante, son muchos los que sienten desaliento ante la práctica de ejercicio por padecer enfermedades crónicas o por miedo a caerse o lesionarse. En ciertos casos, como por ejemplo quienes no han realizado ejercicio con anterioridad, es posible que ni siquiera sepan por dónde empezar. Las discapacidades o los problemas sanitarios permanentes también pueden alejar a alguien de la actividad física e incluso algunas enfermedades como el Parkinson reducen la capacidad de una persona para realizar tareas tan sencillas como caminar. Un grupo de investigadores desarrolló un sillón inteligente denominado GEWOS capaz de motivar a este tipo de personas a que se mantengan en forma y sanos. En el proyecto GEWOS («Gesund wohnen mit Stil», en alemán, «Vida sana con estilo»), financiado por el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania (BMBF), participan seis socios empresariales y científicos además del Instituto Fraunhofer de Circuitos Integrados (IIS). Su objetivo pasa por crear un sistema de asistencia sencillo de utilizar y que se gane el crédito de los más mayores. Además del sillón de ejercicios, GEWOS también cuenta con una plataforma web a modo de interfaz central de gestión de la información. La plataforma puede utilizarse para obtener datos relevantes para la salud e involucrar a médicos y otros profesionales sanitarios. Su apariencia es la de un sillón normal incluso al sentarse en él. Pero las apariencias engañan. Un vistazo a su interior permite descubrir sensores, circuitos integrados y todo tipo de cables. La tecnología de microsistemas instalada en los cojines del asiento, el respaldo y los apoyabrazos mide constantemente el estado de salud de la persona sentada. «GEWOS mide las funciones corporales clave y determina cuál es la postura ideal para sentarse. Si los valores obtenidos no son los adecuados, el sistema muestra al usuario formas de mejorar la resistencia o sentarse en una posición más sana», explicó Sven Feilner del Departamento de Procesamiento de Imágenes y Tecnología Médica del IIS. Una tableta conectada al sillón transmite datos a la televisión por Bluetooth y red de área local inalámbrica (WLAN). Feilner describió el sistema de este modo: «El usuario puede consultar los patrones del pulso, la saturación de oxígeno en sangre, la tensión arterial o el peso durante un periodo determinado de tiempo. Un asistente sanitario virtual utiliza los datos registrados para crear un plan de ejercicio a la medida del usuario y actualizarlo en función del progreso logrado.» Si los valores se desvían de un rango predeterminado, el asistente puede recomendar más ejercicio. Entonces el sillón se transforma en una máquina de remos que funciona como las comunes en los gimnasios. Los reposabrazos se convierten en remos y desde la parte inferior del sofá se despliega un soporte para los pies del «remero». A través de la televisión se pueden consultar instrucciones sobre cómo realizar los ejercicios. «Los sensores también registran en esta configuración los indicadores de la salud y el asistente sanitario indica al usuario si está realizando el ejercicio de manera inadecuada», añadió Feilner. El sillón superó la primera prueba con sobresaliente. El año pasado, durante el Congreso Vida Cotidiana Asistida por el Entorno 2012, cien personas mayores probaron el sillón GEWOS y lo calificaron como el mejor entre catorce productos de asistencia distintos. En etapas posteriores se realizará una evaluación completa de los últimos detalles. «Estamos seguros de que sacaremos el sillón al mercado a corto plazo junto con nuestros socios», afirmó Feilner. Los científicos del ISS en Erlangen (Alemania) desean aprovechar los instintos lúdicos naturales de la gente para añadir juegos cognitivos a las capacidades del sistema. Además de remar contra competidores imaginarios, los mayores podrían disfrutar de juegos de memoria que fomenten la participación, por ejemplo que consistan en recordar segmentos concretos del sillón para después ejercer presión en ellos con la parte del cuerpo correspondiente. No cabe duda de que los más mayores deben seguir activos y el ejercicio es fundamental para mantenerse saludable y conservar la energía. Para disfrutar de los beneficios del ejercicio físico no es necesario realizar tablas agotadoras de ejercicios o acudir al gimnasio. Tal y como se demuestra en este proyecto, la cuestión es aumentar el movimiento y la actividad aunque sea en dosis pequeñas. «En este sillón de ejercicios, los más mayores hallarán un método sencillo que les motivará a mantenerse en forma», concluyó Feilner.Para más información, consulte: Instituto Fraunhofer de Circuitos Integrados (IIS): http://www.fraunhofer.de/en/press/research-news/2013/february/the-armchair-as-a-fitness-trainer.html
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