Una nueva investigación arroja datos esperanzadores para la lucha contra la acronecrosis del fresno
El hongo Chalara fraxinea, también conocido como acronecrosis del fresno, está atacando a los árboles de esta especie en distintas regiones de Europa, tanto en bosques maduros como en zonas urbanas y viveros. En febrero de este año se descubrió que una partida de árboles infectados había llegado a un vivero de Buckinghamshire (Inglaterra) procedente de otro vivero de los Países Bajos. Un estudio reciente emprendido por científicos suecos y publicado en la revista Scandinavian Journal of Forest Research ha revelado información esencial para la lucha que libran los horticultores del Reino Unido y los países de Europa central y del norte contra este agresivo hongo. Los hallazgos de esta investigación, de gran trascendencia, apuntan a la adopción de programas gubernamentales de cultivo de fresnos como estrategia recomendable para erradicar esta enfermedad. Según afirman los investigadores, en los últimos años la salud del fresno europeo común se ha deteriorado a gran velocidad en las regiones del centro, el norte y el este de Europa. Los primeros casos de acronecrosis del fresno se detectaron a mediados de la década de 1990 en Lituania y el este de Polonia. Desde entonces hace estragos en muchos países europeos, tales como Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania y Noruega. En Suecia, donde está radicado el equipo de investigación, la enfermedad hizo su aparición en 2002 en puntos localizados de la región más meridional del país, y desde entonces se ha extendido hasta infectar a la práctica totalidad de la población de fresnos. Más recientemente, en octubre del presente año, se prohibieron las importaciones desde el Reino Unido y se activaron los protocolos de emergencia del país para poner en cuarentena a los fresnos con acronecrosis. En el marco de este estudio se ha analizado el grado de deterioro de ejemplares de entre dieciséis y veintidós años afectados por la acronecrosis en fresnedas suecas. Los hallazgos indican que esta enfermedad está muy condicionada por las características genotípicas de los ejemplares, esto es, ataca a aquéllos que son genéticamente iguales o similares. Asimismo, los investigadores concluyeron que sería conveniente poner en marcha programas de plantación para obtener fresnos más resistentes a la infección. Los principales síntomas de la acronecrosis del fresno son grave afectación de la copa, marchitamiento y necrosis de las hojas así como zonas necrosadas en la corteza de brotes y troncos. Las lesiones en las ramas laterales y las cicatrices de las hojas son indicativas de posibles focos de infección. De este estudio se desprende que «los efectos fulminantes de la acronecrosis del fresno en países como Lituania, donde la cobertura de bosques de fresnos pasó de 53 000 hectáreas a 38 000 entre 2001 y 2009, son preocupantes y hacen necesaria la adopción de medidas adecuadas con carácter inmediato». Si no se actúa con rapidez, otros países podrían correr la misma suerte que Lituania y verse afectados por una intensa deforestación. Esta investigación ofrece claros indicios de que el problema que plantea la acronecrosis del fresno puede solucionarse mediante estrictos programas fitogenéticos con clones más fuertes y resistentes al hongo Chalara fraxinea, ya que ello reduciría las probabilidades de que se produzcan brotes de la enfermedad. Además de tomar medidas para abordar la situación a la que se enfrentan a corto plazo, los gobiernos deben poner en marcha de inmediato planes sostenibles a largo plazo.Para más información, consulte: Scandinavian Journal of Forest Research: http://www.tandfonline.com/loi/sfor20 Instituto de Investigación Forestal de Suecia: http://www.skogforsk.se/en/
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Suecia