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Descubierta una relación entre el contexto histórico y el desarrollo de los idiomas

Está claro que el lenguaje permite la comunicación con nuestros semejantes. Lo que no está tan claro son los entresijos del desarrollo de los miles de idiomas que han surgido con el paso del tiempo. Ahora, un nuevo estudio dirigido por científicos del Instituto Max Planck de P...

Está claro que el lenguaje permite la comunicación con nuestros semejantes. Lo que no está tan claro son los entresijos del desarrollo de los miles de idiomas que han surgido con el paso del tiempo. Ahora, un nuevo estudio dirigido por científicos del Instituto Max Planck de Psicolingüística (Países Bajos) revela que la sintaxis de los idiomas de distintas familias ha seguido rutas diferentes en su desarrollo. Los descubrimientos, publicados en un artículo de la revista Nature, demuestran que los idiomas no siguen a rajatabla las reglas innatas del procesamiento del lenguaje en el encéfalo. Muy al contrario, el contexto histórico en el que se desarrolla un idioma determina su sintaxis. Los investigadores afirman además que, a pesar de la diversidad que presentan, los idiomas también están sometidos a restricciones. El objetivo principal de la lingüística es describir la diversidad de los idiomas humanos y definir las restricciones que se aplican a esta diversidad. Sobre todo se buscan patrones recurrentes en la estructura de los idiomas. Aunque los patrones de sonidos y de sintaxis son muchos, el «caos» lingüístico no lo es tanto. Expertos en la materia indican que existen repeticiones de patrones en distintos idiomas. En algunos el verbo se sitúa al principio de la frase, mientras que en otros se ubica en medio o al final. La formación de palabras de cualquier idioma está sujeta a ciertos principios. Para los objetivos de este estudio, el equipo dirigido por Michael Dunn y Stephen Levinson del Instituto Max Planck de Psicolingüística evaluó 301 idiomas pertenecientes a 4 grandes familias lingüísticas: austronesia, indoeuropea, bantú y uto-azteca. «Entender toda esta diversidad y sus restricciones sistemáticas es el objetivo primordial de la lingüística. Los partidarios del enfoque generativo a la variación lingüística han mantenido que la diversidad lingüística puede explicarse mediante cambios en la organización de los parámetros», indican los autores. «Cada uno de estos parámetros determina una serie de rasgos lingüísticos específicos.» El equipo prestó especial atención al orden de distintas partes de una frase, como los pares «preposición-sustantivo», «genitivo-sustantivo», «objeto-verbo» o «subordinada de relativo-sustantivo». También estudiaron si su posición en la frase se veía influida por otras partes de la misma. Esta tarea permitió al equipo determinar si la posición del verbo posee otras consecuencias sintácticas. Por ejemplo: si el verbo antecede al objeto, («el jugador chuta la pelota»), ¿fuerza a la preposición a ubicarse antes de un sustantivo («hacia la portería»)? Este tipo de patrones se aprecia en distintos idiomas, pero ¿constituye una característica necesaria de su desarrollo? «Nuestro estudio muestra que en cada familia lingüística se dan procesos distintos», indicó el Dr. Dunn. «La evolución de los idiomas no sigue un conjunto de reglas universales.» El par «verbo-objeto» influye en el par «preposición-sustantivo» tanto en la familia de idiomas indoeuropeos como en la de los austronesios, por ejemplo. Cabe reseñar que la influencia no es la misma ni tiene un efecto en las otras dos familias lingüísticas. El lingüista estadounidense Noam Chomsky entiende que existen similitudes universales y comunes a todos los idiomas. Según él, esto se debe a una facultad innata del lenguaje que funciona según el mismo principio en todos los humanos. En cambio, el lingüista Joseph Greenberg cree en un «orden léxico universal», en el que los mecanismos generales de procesamiento del lenguaje en el encéfalo determinan el orden de las palabras y la estructura de la frase. Los descubrimientos realizados por el estudio del Instituto Max Planck no concuerdan con estos dos puntos de vista. «Nuestro estudio sugiere que la evolución cultural tiene mucha más influencia en el desarrollo del idioma que los factores universales», explicó el profesor Levinson. «La estructura del idioma no está en principio determinada en tanta medida por la biología como por su pasado», añadió. «Estos descubrimientos apoyan la idea de que, al menos en lo que respecta al orden de las palabras, la evolución cultural es el factor principal y determinante de la estructura lingüística, y el estado actual de un sistema lingüístico da forma y limita sus estados futuros», aducen los autores. Próximamente estos investigadores se proponen estudiar los procesos evolutivos que rigen la estructura del lenguaje en otras familias lingüísticas, indicaron. También evaluarán las diferencias de otras características lingüísticas dentro de esta perspectiva evolutiva. Al estudio contribuyeron investigadores del Instituto Donder del Encéfalo, la Cognición y el Comportamiento de la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos) y de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda).Para más información, consulte: Instituto Max Planck de Psicolingüística: http://www.mpi.nl/ Nature: http://www.nature.com/

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Países Bajos

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