Nuevos datos sobre la reproducción de parásitos pueden ayudar a combatir la malaria
Científicos europeos han estudiado los mecanismos de reproducción de los parásitos vectores de la malaria y descubierto la posibilidad de crear nuevos tratamientos contra esta enfermedad que alteren la estrategia reproductiva de dichos parásitos. El parásito Plasmodium causante de la malaria se transmite mediante la picadura de mosquitos infectados. En el cuerpo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y luego infectan los glóbulos rojos. Un equipo de investigadores de Portugal y Reino Unido estudió el parásito durante una fase de su desarrollo en la que produce larvas masculinas y femeninas en el torrente sanguíneo de su huésped. Estos parásitos procrean en el interior de los mosquitos para producir nuevas crías que se transmiten cuando los insectos se alimentan de animales o personas. El estudio, publicado en la revista Public Library of Science (PLoS) Pathogens, mostró que eliminar los machos o las hembras del parásito no permite detener el contagio de la enfermedad debido a que los parásitos reemplazan aquellos erradicados. Los investigadores probaron una estrategia distinta para causar daños tanto a machos como hembras en lugar de matar sólo a uno de los grupos. Así, aunque el parásito conservara la capacidad de reproducirse, las crías no sobrevivían. Los investigadores realizaron una serie de experimentos mediante modelización matemática para calcular la influencia de los factores de bloqueo del contagio en las estrategias de asignación de sexos. Según sus hallazgos, a pesar de la disfunción de los gametos y la mortalidad de los zigotos, los parásitos aún podrían desarrollar estrategias o rasgos que sorteasen una intervención que impidiera el contagio, aunque estos no tendrían que guardar ninguna relación con la asignación de sexos. Mediante el estudio del comportamiento de los parásitos que han evolucionado para superar factores naturales, se pueden realizar predicciones sobre cómo responderán a un factor de bloqueo del contagio como bien podría ser un tratamiento médico. Si se conoce el entorno del huésped del parásito es posible desarrollar tratamientos efectivos, y desentrañando los mecanismos reproductivos del parásito se espera dar con un tratamiento efectivo contra la malaria. «Nuestros estudios muestran que la mejor estrategia para interrumpir el desarrollo del parásito de la malaria en el mosquito y prevenir el contagio de la enfermedad podría consistir en causar sólo una cantidad adecuada de daño», indicó el coordinador de la investigación, Ricardo Ramiro de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los síntomas comunes de la malaria son fiebre, cefaleas y vómitos que suelen manifestarse entre diez y quince días tras la picadura del mosquito. Si no se trata, puede obstaculizar el flujo sanguíneo a órganos vitales, una situación extremadamente peligrosa y mortal. Entre los métodos comunes de control de la malaria hay intervenciones como el tratamiento rápido y efectivo con terapias de combinación a base de artemisinina, el empleo de mosquiteras rociadas con insecticidas y la fumigación residual de espacios interiores con insecticida para erradicar los mosquitos vectores. Según la OMS la malaria provocó en 2008 cerca de un millón de muertes, y los grupos más afectados fueron niños y mujeres embarazadas en el África subsahariana. La OMS también informa de que un niño muere en África cada 45 segundos a causa de la malaria y que ésta provoca el 20% del total de muertes infantiles. Esta enfermedad también está presente en Asia, América Latina y en menor medida Oriente Próximo y algunas partes de Europa. Los países afectados por la malaria también sufren pérdidas económicas estadísticamente más altas que los que están libres de la enfermedad. En países en los que abunda la malaria el producto interior bruto puede reducirse hasta en un 1,3%. La malaria también supone una pesada carga para las infraestructuras de sanidad pública y, debido a su mayor incidencia en países con menos recursos, la enfermedad contribuye a perpetuar el ciclo de pobreza, atrapando en él a comunidades enteras. La lucha contra la malaria se ve entorpecida por la resistencia que han adquirido los parásitos a distintos fármacos. Pero esta investigación permite vislumbrar la posibilidad de hallar un tratamiento eficaz mediante un conocimiento preciso del entorno del huésped y de sus claves reproductivas.Para más información, consulte: Universidad de Edimburgo: http://www.ed.ac.uk/home Public Library of Science (PLoS) Pathogens: http://www.plospathogens.org/home.action
Países
Portugal, Reino Unido