Un proyecto comunitario determinará las causas de la esquizofrenia
Un grupo de investigadores tratará de desentrañar las causas de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos afines analizando la función que desempeñan los genes y los distintos entornos en la aparición de estas patologías. Este extraordinario proyecto a gran escala contará con la participación de epidemiólogos, psicólogos, psiquiatras, neurólogos, farmacólogos, bioestadísticos y genetistas. La investigación cuenta con apoyo comunitario a través del proyecto EU-GEI («Red europea de redes nacionales sobre la esquizofrenia dedicadas al estudio de las interacciones entre los genes y el entorno»), al que se adjudicaron 11,62 millones de euros mediante el tema de Salud del Séptimo Programa Marco (7PM). El proyecto, en el que participarán más de 7.500 pacientes y sus familias de 15 países, constituye la mayor iniciativa hasta la fecha dedicada a comprender la influencia de las interacciones entre los genes y el entorno en el riesgo de padecer esquizofrenia. El consorcio del proyecto lo forman redes dedicadas a la esquizofrenia o la salud mental financiadas por los gobiernos de Francia, Alemania, Países Bajos, España, Turquía y Reino Unido, así como otros institutos de investigación y varias pequeñas y medianas empresas (PYME) de Australia, Austria, Bélgica, Hong Kong/China, Irlanda, Italia y Suiza. En el marco del proyecto se estudiarán específicamente los efectos que ejercen las interacciones entre los genes y el entorno sobre las rutas cerebrales y la vulnerabilidad psicológica y se tratará de dilucidar la manera en que expresiones conductuales sutiles pero medibles de propensión al trastorno psicótico se ven mediadas por rutas cerebrales y psicológicas. Por medio de estudios de seguimiento se pretende determinar el porqué, en algunos individuos, la expresión de vulnerabilidad no desemboca nunca en un trastorno declarado, mientras que en otros se alcanza el umbral de manifestación clínica de la esquizofrenia. Bajo la dirección del profesor Jim van Os de la Escuela de Salud Mental y Neurociencias (MEeNS) del Hospital Universitario de Maastricht (MUMC, Países Bajos), los investigadores se proponen examinar expresiones conductuales de la vulnerabilidad ocasionadas por interacciones entre genes y ambiente que, según indican, «se detectan como alteraciones sutiles del ánimo, la percepción, la volición y el pensamiento en respuesta a factores estresantes menores surgidos en el devenir cotidiano». Sin embargo, dada la actual inexistencia de herramientas para detectar estas alteraciones, las empresas europeas del proyecto EU-GEI pretenden desarrollar tecnologías nuevas que cumplan precisamente con ese cometido. Los científicos del proyecto opinan que, dados los indicios de que las grandes ciudades perjudican la salud mental y favorecen una amplia gama de trastornos somáticos, convendría conceder prioridad en la investigación al impacto que ocasionan la creciente urbanización y otros factores de riesgo medioambiental, como la migración, en los países europeos. Además, recuerdan que el hecho de crecer en un centro urbano se asocia a un mayor riesgo de padecer un trastorno psicótico en edad adulta. Apuntan también que al parecer los niños que crecen en grandes ciudades presentan un riesgo más de dos veces mayor de padecer tales trastornos que los niños de zonas rurales. La migración es otro fenómeno al que se achaca cierto grado de incidencia de los trastornos psicóticos, dado que las poblaciones inmigrantes presentan un riesgo mucho más elevado que las poblaciones de los países de origen y acogida. Hay asimismo estudios que apuntan que el consumo de cannabis, y sobre todo su consumo frecuente durante la adolescencia, también incrementa el riesgo de padecer un trastorno psicótico, al igual que ocurre en los casos de traumas infantiles. Los investigadores confían en que el desarrollo de nuevas herramientas durante el proyecto les permitirá no sólo medir con fiabilidad la propensión a los trastornos psicóticos debidos a la interacción entre genes y ambiente, sino también detectar, y quizás incluso modificar, la vulnerabilidad en el ámbito del comportamiento. Este proyecto estará en marcha hasta mayo de 2015.
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Países Bajos