La secuenciación del genoma del piojo humano acerca su erradicación
Un equipo internacional de científicos ha secuenciado los genomas del piojo del cuerpo humano (Pediculus humanus humanus) y de un tipo de bacteria (Candidatus Riesia pediculicola) fundamental para la supervivencia del mencionado piojo. En la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) se ha publicado un artículo sobre este trabajo, el cual podría conducir a mejores técnicas de control de este parásito. El piojo del cuerpo humano se alimenta de la sangre de su huésped y es un vector de patógenos que provocan enfermedades como el tifus epidémico, la fiebre recurrente y la fiebre de las trincheras. El piojo de la cabeza (P. humanus capitis), muy relacionado evolutivamente con el del cuerpo humano, causa picor en la cabeza de los niños, y en ocasiones puede provocar linfadenopatía cervical y queratitis del epitelio corneal. El piojo del cuerpo humano carece por naturaleza de vitamina B5 (pantotenato), pero por suerte para él alberga la bacteria endosimbionte Candidatus Riesia pediculicola, que produce suficiente B5 para ambos. Estas dos especies mantienen una relación de simbiosis desde hace millones de años. El piojo del cuerpo humano, que vive entre los pliegues y las costuras de la ropa, prolifera en condiciones de falta de higiene y sobre todo en zonas azotadas por desastres humanitarios. Cada vez es más resistente a los tratamientos con insecticidas, lo cual ha multiplicado los casos de infestación endémica. En la investigación referida, científicos de veinticinco entidades de todo el mundo pusieron en común sus recursos para secuenciar los genomas de este piojo y de su bacteria simbionte. Entre otros descubrimientos, determinaron que la Candidatus Riesia pediculicola no es inmune a los antibióticos. «Hemos encontrado el talón de Aquiles del piojo del cuerpo humano», aseguró la Dra. Alejandra Perotti de la Universidad de Reading (Reino Unido). «Todos los piojos humanos dependen de esta bacteria para su reproducción y supervivencia. [La Candidatus Riesia pediculicola] representa un nuevo objetivo para el desarrollo de nuevos agentes antipiojos, sobre todo para los casos en los que el tratamiento convencional no es efectivo.» La Dra. Perotti añadió que los antibióticos que han perdido toda su utilidad terapéutica se podrían examinar de nuevo para comprobar su eficacia en este nuevo objetivo. «La utilidad de agentes antibióticos contra el piojo del cuerpo humano ya se conocía, pero ahora disponemos de una base científica sólida», explicó. «Varios antibióticos podrían ser eficaces y deberían ensayarse de forma sistemática.» El Dr. Henk Braig de la Universidad de Bangor (Reino Unido) explicó que la bacteria no es inmune a los antibióticos porque se ha aislado en el interior del cuerpo del piojo y se ha trasmitido de generación en generación durante milenios sin tener contacto alguno con el exterior. «Al no haber tenido contacto con bacterias del exterior, no ha tenido la necesidad de desarrollar resistencia a los antibióticos, como habría sucedido si se encontrara en un ambiente abierto y tuviera que luchar por la supervivencia y la dominación», indicó. Según Julio Rojas, de la Universidad de Barcelona (España), el piojo ha perdido muchos genes no esenciales pero su dotación genética parece funcional. «En el caso de la vía de la insulina, sólo hay una copia de cada gen importante, y esto difiere de otros insectos, donde algunos genes tienen más copias», apuntó. «Conocer los genes es importante para saber sobre qué diana se puede actuar», explicó el Dr. Rojas. «Lo que importa es actuar directamente sobre el piojo: si conocemos bien los genes que participan en el reconocimiento del huésped, podremos actuar sobre estos parásitos. Dado que la bacteria endosimbionte tiene genes que son esenciales para la supervivencia del parásito, estamos ante otra potencial diana genética para luchar contra los piojos.» El piojo del cuerpo humano tiene el genoma más pequeño secuenciado hasta ahora en insectos y también el número más pequeño de enzimas con función antitóxica que se haya observado hasta ahora en un insecto. Esto convierte este parásito en un modelo atractivo para estudiar la resistencia a insecticidas u otros mecanismos de defensa química. Además, lo completo de su genoma, en un grado excepcional, lo convierte en un punto de referencia evolutivo natural para el estudio de todas las especies de insectos secuenciadas.
Países
España, Reino Unido