La imitación como la mejor estrategia
¿Es posible que la imitación como estrategia sea algo bueno? Una nueva investigación financiada con fondos comunitarios indica que la imitación es natural y además aporta beneficios. El trabajo forma parte del proyecto comunitario CULTAPTATION («Dinámica y adaptación en la cultura humana acumulativa»), que recibió 2 millones de euros mediante la prioridad «Ciencias y tecnologías nuevas y emergentes» (NEST) del Sexto Programa Marco (6PM) con el fin de investigar la evolución de la cultura humana, por ejemplo mediante el estudio de cómo se desarrollan nuevos comportamientos. Los investigadores responsables del estudio, sobre el que se ha publicado un artículo en la revista Science, descubrieron que la gente obtiene un mayor beneficio cuando aprende en sociedad que cuando se aísla. La cultura ha evolucionado y persiste gracias a la habilidad del ser humano de aprender de sus semejantes, pero no se sabe de qué manera se aprende en sociedad. Algunos aprenden imitando comportamientos, mientras que otros basan sus decisiones de copiar o no a otro individuo basándose en el estatus del mismo. Por esta razón, los investigadores, dirigidos por la Universidad de St. Andrews (Reino Unido), organizaron un concurso informático en el que para participar era necesario remitir estrategias que describieran usos del aprendizaje social y de sus alternativas no sociales, como por ejemplo el aprendizaje por ensayo y error, con el fin de lograr un comportamiento adaptativo en un entorno complejo. Un total de 104 equipos participaron con programas informáticos que controlaban el comportamiento de un avatar en un espacio que no habían experimentado con anterioridad. Su función era diseñar la mejor estrategia de supervivencia y traducirla a código de programación. Los resultados muestran que los participantes que se sirvieron mayormente del aprendizaje social lograron más éxitos que aquellos que se decantaron por opciones no sociales, es decir, obtuvieron más beneficios. La estrategia vencedora se centró de forma exclusiva en el aprendizaje social valorándolo en función del tiempo transcurrido desde su adquisición. El equipo ganador, dos alumnos de postgrado de la Universidad de Queen's (Canadá), obtuvieron un premio por valor de 10.000 euros. «Descubrimos que en gran cantidad de circunstancias distintas, el aprendizaje social no sólo supera con creces al mejor aprendizaje asocial, sino que lo "aniquila"», explicó el profesor Kevin Laland, del Centro de Aprendizaje Social y Evolución Cognitiva de la Universidad de St. Andrews. «No existe un equilibrio o mezcla de aprendizaje social y asocial. Es semejante a encontrarse uno abandonado en una isla del Pacífico de la que no conoces nada», añadió. «No reconoces los alimentos comestibles. Puedes pescar marisco, peces, cazar un antílope, desenterrar tubérculos, cualquier cosa. Algunas de estas acciones tendrán recompensa y otras serán infructuosas.» En relación al estudio de investigación, el profesor Luc-Alain Giraldeau de la Universidad de Quebec, Montreal (Canadá) indicó que: «El análisis del concurso trata de una forma completamente nueva algunas de las cuestiones planteadas en el campo del aprendizaje social evolutivo desde hace más de dos décadas». En relación al futuro, los investigadores indican que: «La próxima etapa consistirá en la evaluación experimental de hasta qué punto el comportamiento humano se corresponde con el de las estrategias del concurso. Al depositar la atención en la importancia del filtrado adaptativo que realiza el individuo imitado y en el descuento temporal del imitador, el concurso ayuda a esclarecer por qué es común en la naturaleza el aprendizaje social y por qué los humanos tiene tan desarrollada esa capacidad.» En el estudio también participaron investigadores de la Universidad de Queen's, la Universidad de Bolonia (Italia), las Universidades de Estocolmo y Mälardalen (Suecia) y la Universidad de California - Los Ángeles (Estados Unidos).
Países
Canadá, Italia, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos